Uno de los aspectos que caracteriza a la iglesia católica, es la utilización de imágenes y de cuadros religiosos en sus templos. Estas son visibles todos los días del año, pero lo son aún más durante la Semana Santa, que es cuando algunas figuras son utilizadas para las diferentes procesiones.
Aunque el tema es bastante polémico, porque muchos creen que en la iglesia se adoran las imágenes, dos sacerdotes salvadoreños explican el uso y el significado de esta práctica milenaria.
El presbítero René Pineda aseguró que en el libro del Éxodo (20, 3-5), en el Antiguo Testamento, está prohibido el culto a todo tipo de imágenes. Sin embargo, cinco capítulos más adelante Dios manda a hacer imágenes en el Arca de la Alianza. “El Señor manda las figuras y se da a conocer cómo se va a construir el templo de Jerusalén. El mismo Señor manda las figuras y da a conocer qué se va a poner (Éxodo 25, 1-18)”, manifestó Pineda.
Por su parte, el presbítero Edwin Baños, explicó que en la iglesia católica, “la imagen nosotros la veneramos, no la adoramos. Esto quiere decir que nosotros la respetamos; y eso lleva nuestra parte sensible de la persona. Nosotros queremos ver, queremos tocar, eso es humano... En la iglesia, la veneración es una gran fuente de religiosidad popular”.
En ese sentido, agregó que la adoración se le da solamente a Dios. “Ante él nosotros nos postramos, nos arrodillamos, le entregamos nuestro corazón, nos consagramos a Él, pero ante una imagen no”, aclaró.
Los sacerdotes explicaron que en el Antiguo Testamento, es donde más se cuida el tema de la idolatría para que el pueblo se dirija solo a Dios. Sin embargo, la necedad del ser humano hace que muchos de ellos dejen de ver las imágenes como una representación de Dios y las comienzan a adorar.
Por ejemplo, en Números 21, 8-9 dice: “Moisés habló por el pueblo y Yahvé le respondió: “Haz una serpiente de bronce, ponla en un palo y todo el que la mire, sanará”. Esta imagen de la serpiente posteriormente fue destruida porque el pueblo de Israel la comenzó a idolatrar.
Según los sacerdotes, esto confirma que la Biblia no prohibe las imágenes, sino los ídolos. Es decir, darle el lugar de Dios a una figura.
El llamado
Para Pineda, siempre y sobre todo durante el tiempo de Cuaresma y Semana Santa, que es donde más se utilizan las imágenes para representar pasajes de la Biblia, es importante no perder la vista que no es la imagen ni el santo o la Virgen quien hace el milagro, sino que lleva la petición a Dios, porque solo Dios puede hacer milagros, nadie más.
“Como veneración hacia las imágenes, uno puede hacer ciertos gestos, uno pide la intercesión para que sea el Señor que por medio de ellos conceda el milagro, un favor, una sanación, lo que la persona esté padeciendo”, dijo el sacerdote.
Es así como la Iglesia Católica respeta las imágenes de la misma manera que se respeta y venera la fotografía de un ser querido, teniendo claro que el único mediador es Jesús, pero que tanto los santos como la Virgen María son intercesores.
“De una manera práctica, en esta vida, nosotros continuamente decimos: Ore por mí. Estamos pidiendo una intercesión, acaso no pudiésemos hacerlo nosotros directamente, claro que sí; pero, Dios no nos ha creado individualistas, sino para que vivamos en sociedad y para que vivamos en comunidad”, acotó el sacerdote Baños.
Las imágenes
Durante la Semana Santa, son diversas figuras las que se utilizan para las procesiones.
Jesús Nazareno:
Jesús va de rodillas con la cruz en hombros.
Cristo Rey:
Jesús vestido de rojo, sobre un burro.
Nazareno:
Jesús va tapado de los ojos.
Jesús Nazareno:
Jesús yace muerto en una urna
Cristo Rey:
Jesús resucita vestido de blanco
Las procesiones
En 2 Samuel 6, 1-5 se habla sobre la procesión que hizo David, junto a unos 30 mil hombres de Israel, llevando el Arca de Dios, con sus querubines, en una carreta nueva. De ahí parte una de las tradiciones más antiguas de realizar procesiones.
El verdadero sentido
Las imágenes son representaciones artísticas. Nunca se adoran. Es similar a cuando una esposa guarda la foto de su esposo para recordarlo. El cristiano no necesita imágenes para orar, pero sí le sirven para recordar.