El Salvador un paraíso de impunidad en asesinatos

Un informe detalla que de 23 mil homicidios, solo tres mil 520 asesinos fueron llevados ante la justicia.

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Entre 2010 y 2015

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21 March 2016

El agente Cristóbal Antonio De Paz Reyes fue asesinado el 12 de febrero de 2012 poco después de cumplir sus 33 años, sus restos fueron abandonados en la entrada de la colonia Sierra Morena, en Soyapango; de aquel duro golpe para su familia y sus compañeros que lo apreciaron han pasado tres años y un mes, y las autoridades no registran ninguna captura por el hecho.

Tampoco han dicho a la familia los hallazgos de la investigación como  cuál fue el móvil y quiénes lo habrían matado.

El agente De Paz Reyes, destacado en el puesto policial de La Reina, en San Miguel, fue  desmembrado en tres partes y sus restos dejados en igual número de bolsas plásticas al pie de unos postes del alumbrado público.

Por casi tres días, sus hermanos y padres  pegaron retratos en lugares públicos para que cualquiera que conociera de su paradero les informara.

Sin embargo fue en la morgue de Medicina Legal en San Salvador que después de varias visitas e identificación de uno a uno de los cadáveres, lograron ubicar sus restos.

A la fecha su familia aún sigue esperando justicia pero para las autoridades probablemente no amerite estar abierto y más en un país donde la cifra de homicidios se ha duplicado de 10 casos por día en ese año a más de 20 diarios en la actualidad.

El asesinato del agente De Paz Reyes, es uno de los 23 mil  registrados en el periodo de 2010 a 2015 y de los cuales no hay solución.

Para todos los casos  de ese periodo, la Fiscalía General abrió igual número de expedientes para esclarecerlos. En las investigaciones las autoridades se propusieron determinar y localizar a los imputados, establecer el nivel de participación delictiva de cada uno de los que resulten involucrados y el móvil que los llevó a cometer el hecho, entre otros aspectos.

Como resultado en el mismo periodo, la Policía detuvo a 11 mil 291 sujetos; si embargo, las autoridades aclaran que los detenidos no corresponde a igual número de homicidios, pues que por un  homicidio podrían haber dos, tres, cinco y más implicados arrestados.

De ahí que no siempre la cantidad de detenidos coincide con los homicidios que han resuelto.

Además, este grupo de arrestados es depurado en el proceso judicial; porque no todos son condenados, ya que   durante el proceso de investigación no se logró determinar su participación delictiva.

En ese sentido, solo 3 mil 520 procesados por homicidios fueron llevados a juicio y condenados a una pena de cárcel, equivalente a solo el 15 por ciento de la totalidad de los hechos registrados entre 2010 y 2015.

En  2 mil 545 casos, las investigaciones no prosperaron o  no se encontraron suficientes evidencias para determinar sospechosos y procesarlos, por lo que sus expedientes fueron cerrados definitivamente y archivados.

Estos expedientes han sido cerrados porque según el Código Procesal Penal vigente, las indagaciones por delitos complejos en el que interviene el crimen organizado duran 24 meses y el plazo puede ser ampliado por el fiscal general a un período similar, o sea de 48 meses (dos años).

Perfil de las víctimas

Las investigaciones de homicidios en ese período (2010-2015) indican que 9 mil 773 víctimas de la totalidad tenían entre 18 y 30 años, lo que representa el 42 por ciento.

Las autoridades han determinado que en el mismo periodo fueron asesinadas 2 mil 548 mujeres, equivalente a casi un 11 por ciento.

Los hombres siguen poniendo la cifra más alta de asesinatos en el país (20, 900 casos) lo que representa casi el 90 por ciento de los homicidios en ese período.

En condiciones similares se muestran las estadísticas con las detenciones por asesinatos, porque de los 10 mil 900 arrestados, solo 393 fueron mujeres (casi el 4 por ciento).

El grueso de los aprehendidos por homicidios es del sexo masculino; 10 mil 507 hombres, equivalente a un 96 por ciento.

También, si bien las autoridades hicieron un esfuerzo por conocer la ocupación de las personas asesinadas, en 18 mil 966 no lo lograron determinar.

La cifra anterior se traduce que en ocho de cada diez víctimas de la violencia, las autoridades no logran ni siquiera saber a qué se dedicaban.

Entre tanto, en los casos que se determinó su profesión u oficio, las autoridades identificaron que la víctimas que más encabezan la lista de homicidios son los pandilleros o mareros con un total de mil 806 casos.

A pesar de que las víctimas que son integrantes de pandillas es alta con respecto a  personas que se dedican a otras actividades, el porcentaje es diferente al que la Policía maneja, ya que estima que de un 30 a un 40 por ciento de los homicidios es cometido en perjuicio de estos grupos delictivos.

Las autoridades aclaran que ese porcentaje podría aumentar luego que las investigaciones avancen a casi un 60 por ciento.

También destacan en las profesiones los jornaleros (497), empleados de empresas públicas y privadas (347), agricultores (301), estudiantes (246), cocineros (163) y  motoristas (157), entre otros. 

Un dato relevante, del informe de ese período es que en las muertes violentas múltiples sobresalen los dobles asesinatos (843 casos  registrados de 2012 a 2015) y  140 triples homicidios.