Mark Hoffman es un ciudadano estadounidense que viene cada año a El Salvador a colaborar como socorrista con los Comandos de Salvamento.
Sus días en la base central, ubicada en los alrededores del parque Centenario, le han hecho amar este país.
Marcos, como lo bautizaron en Comandos, se enamoró del "servicio al prójimo" y se quedó a servir como voluntario, recuerda que cuando llegó se dedicó a dar clases de español en la Academia Británica para suplir sus necesidades básicas.
Su primer servicio de emergencia fue atender a un baleado afuera de una discoteca en la Zona Rosa, junto al socorrista Ricardo Leiva.
Recuerda que mientras Leiva daba resucitación, Marcos trataba de despejar las vías respiratorias, luego llevaron la víctima a un hospital privado donde el personal no podía manejar un desfibrilador y la víctima murió en sus brazos.
Marcos es un apasionado de la fotografía y los deportes, entre ellos el surf, la pesca, la cacería legal con arco y rifle, la natación y atletismo.