El Salvador rompió récord de homicidios en 2015, tras cerrar el año con 6,670 asesinatos, sin embargo, de esta cantidad, la Policía Nacional Civil, (PNC), solo atribuye en investigaciones preliminares, 1,655 casos a las pandillas.
Esta cifra representa el 25 % de las muertes violentas registradas en el 2015 , cuando las autoridades han afirmado que es el 70% .
La mayor parte de las víctimas eran personas que no tenían vínculos con estos grupos, según informes de la Subdirección General y Subdirección de Investigaciones, de la Policía, obtenidos por medio de la Oficina de Acceso a la Información de la PNC.
MS con más asesinatos
De las pandillas que operan en el país, la Policía afirma que fue la MS la que cometió la mayor cantidad de crímenes, acumulando en todo el año 906 casos.
La MS también pelea este lugar con la pandilla 18, a la cual se le atribuyen 832 homicidios; y 62 casos a otros grupos delictivos.
“Solo se dice en muchos casos que las maras matan a la gente y ahí terminó toda la investigación”, señaló en una entrevista con El Diario de Hoy, el exdirector del Instituto de Medicina Legal (IML), Miguel Fortín Magaña, al hablar sobre las estadísticas de homicidios del año pasado.
Fortín Magaña denunció que a causa de la violencia, se está perdiendo a una generación, debido a que las cifras de 2015 emitidas por IML reflejan que fueron los jóvenes entre 15 y 24 años, los que despuntaron entre las víctimas.
El Fiscal General, Douglas Meléndez, dijo a pocos días de asumir su cargo, que debe mejorarse las formas de investigar los delitos, porque estos no son estáticos, por lo tanto, los métodos de indagación deben ser más adecuados.
El año pasado, por ejemplo, algunas zonas del país se caracterizaron por los homicidios múltiples, sobre todo en el área rural.
Usulután, que de acuerdo al informe proporcionado por la Policía, es el segundo departamento donde las pandillas realizaron mayor número de homicidios, con 176 casos, fue el escenario de tres masacres.
La última de ellas tuvo lugar a finales de noviembre en el caserío El Alacrán, en el cantón El Ojuste, jurisdicción de Usulután. Doce sujetos acribillaron a cinco jóvenes y lesionaron a cuatro personas.
Los víctimas acababan de finalizar la fiesta para celebrar la graduación de preparatoria de una niña, cuando a eso de las 9:30 p.m., fueron interrumpidos por los disparos.
Tres de ellos, señaló la PNC, tenían vínculos con pandillas. Ese sector es dominado por la MS.
Pero esta variante de homicidios parece repetirse en el oriente del país. El municipio de Jucuarán, siempre en Usulután, ha registrado otras dos masacres este año.
La primera de ellas ocurrió el 1 de enero en una poza conocida como El Remolino, en el cantón El Zapote, cuando cuatro sujetos vestidos de negro llegaron al lugar donde se recreaban varias familias y seleccionaron a seis hombres para ultimarlos.
Cuatro de los fallecidos, detalló la Policía, eran pandilleros. Entre ellos estaba Samuel de Jesús Romero Sánchez, de 23 años, (a) Buitre, el presunto cabecilla.
Ahí opera la MS, por lo que las autoridades mencionaron preliminarmente, que la matanza pudo tratarse de pugna interna dentro de la agrupación. La otra masacre fue registrada a mediados de febrero en el mismo cantón.
San Salvador encabeza cifras de homicidios
A pesar del alto índice de violencia registrado en el oriente del país en 2015, la PNC señala que es San Salvador el departamento que encabezó la lista de muertes violentas cometidas por pandillas, y es la ciudad capital (como municipio) la que también repunta en las estadísticas.
Solo en el municipio de San Salvador, la PNC establece que las pandillas cometieron 136 crímenes, esto aunque la incidencia de los homicidios en la zona es alta. De todas estas muertes, 46 les fueron atribuidas a la MS y 85 a la pandilla 18, entre el ala Revolucionaria y la Sureños.
La Policía, además, detalla en su informe, que La Paz, La Libertad y Cuscatlán figuran entre los departamentos con mayor incidencia de muertes atribuidas a pandillas.
En este último se encuentra San Pedro Perulapán, uno de los municipios, donde se presume que hubo más homicidios por pandillas.
Uno de ellos ocurrió en agosto, en el cantón El Rodeo, cuando Francisco Mendoza García, un cabo del Ejército, fue una de las cuatro víctimas mortales de un ataque dentro de la Ruta 144.
El 25 de diciembre, José Israel Cruz Ramírez, otro militar, fue ultimado con lujo de barbarie en el cantón Veracruz, en El Rosario, Cuscatlán, un territorio dominado por la Mara Salvatrucha.