Katherine Roxana M. tal vez hubiera llegado a la fecha en que le celebrarían sus 15 años, si Dagoberto Antonio Trujillo Gómez, no la hubiera tomado como escudo para salvaguardar su propia vida, según revelan fuentes policiales cercanas a la investigación del caso.
Trujillo Gómez, de acuerdo con las fuentes vinculadas a la investigación, es un miembro de la Pandilla 18 Sureños, organización criminal que mantiene presencia y control en todas las etapas de la residencial Altavista, y fue atacado la tarde del 9 de febrero por dos hombres que se conducían a bordo de un carro desde el cual le dispararon varias veces.
Cuando fue cometido el ataque eran las 7:10 de la noche, y en la tienda Yoselin, una de las más surtidas sobre la avenida Veracruz, había varias personas que hacían sus últimas compras.
Una de esas personas era Katherin, quien había ido a comprar, entre otras cosas, champú y algunos alimentos que prepararía a la mañana siguiente para desayunar antes de salir hacia el colegio donde estudiaba. Segundos después también llegó Trujillo Gómez a comprar a la misma tienda.
De acuerdo con fuentes policiales, parece que a este hombre ya lo mantenían vigilado, en cuanto llegó a la tienda, se aproximó un carro blanco desde el cual comenzaron a dispararle.
Las fuentes indican que en cuanto Trujillo Gómez vio que le iban a disparar, tomó con los brazos a Katherin por el cuello y trató de escudarse en la niña que, desafortunadamente, era la que tenía más próxima al momento del ataque.
De acuerdo con los informantes, eso explica por qué las heridas de bala de Trujillo Gómez no fueran tan graves y que la mayoría, las tuviera en las extremidades.
En cambio, Katherine, según el informe del Instituto de Medicina Legal (IML), recibió varias heridas, entre éstas una, centímetros abajo de la mama derecha, que le destrozó varios órganos internos.
Esa bala fue la que la mató, pues las otras heridas no eran de muerte.
Aún herida, la niña intentó correr hacia su vivienda, pero quedó a medio camino; sólo logró atravesar una calle. Luego cayó.
La madre de Katherine, luego de escuchar los disparos tan cerca y sabiendo que su niña andaba comprando, salió a buscarla. Ella fue quien la auxilió.
¿Pugna entre compinches derivó en muerte de la niña?
El martes anterior, la Fiscalía General de la República (FGR) informó que había capturado a los responsables de asesinar a Katherine y de intentar matar a Trujillo Gómez.
Esa institución identificó a los sospechosos como Francisco Edgardo García Pineda, de 24 años, (a) Little Taz, y José Mauricio Valdez Zetino, de 28, (a) Mauristreet.
Según las autoridades, ambos son miembros de la Pandilla 18 Sureños y residen en la primera etapa de la residencial Altavista.
El jueves anterior, ambos fueron enviados a prisión preventiva por el Juzgado Primero de Paz de la ciudad de San Martín, luego de la audiencia inicial.
Sin embargo, hasta donde han avanzado las investigaciones, no se ha determinado por qué García Pineda y Valdez Zetino atentaron contra Trujillo Gómez, si era miembro de la misma pandilla 18 Sureños.
De acuerdo con habitantes de la cuarta etapa de la residencial Altavista, a Trujillo Gómez lo miraban andar con reconocidos pandilleros de ese complejo habitacional.
En las investigaciones consta que Trujillo Gómez trabajaba en un bar inaugurado a finales de enero en la avenida Veracruz, a pocos metros de donde lo atacaron el 9 de febrero.
Él aseguró a investigadores policiales que la administradora del negocio en el que trabajaba, lo mandó a la tienda a que le hiciera unas compras.
Algo que llama fuertemente la atención de las fuentes policiales es que pocos días después del atentado, Trujillo Gómez aún con las heridas cubiertas con esparadrapo, fue visto nuevamente en la residencial Altavista, caminando junto a una joven.
Lo anterior también lo confirman algunos residentes de esa misma colonia, quienes aseguran que la joven con quien lo han visto después del ataque, es la novia.
Para residentes de Altavista entrevistados al respecto, es una incógnita el porqué el joven baleado ha vuelto a llegar a un territorio dominado por la 18 Sureños, a la que pertenecen los dos sospechosos que ahora están en prisión preventiva.
¿Hijo de un policía?
Si la llegada a Altavista después de ser baleado ha derivado en múltiples preguntas a quienes conocen someramente a Trujillo Gómez, hay algo que los desconcierta aún más.
De acuerdo con fuentes policiales, el padre de Trujillo Gómez es un miembro de la Policía Nacional Civil (PNC), aunque al parecer, el joven atacado ya no vivía con sus padres al día que fue baleado supuestamente por sus propios compinches.
A pocas horas de que Trujillo Gómez fuera llevado al hospital de San Bartolo, apareció su padre, quien a cada momento le reiteraba la pregunta de si regresaría a casa con su familia o prefería irse a vivir con sus “amigos”, supuestamente refiriéndose a miembros de la pandilla 18 Sureños.
En las últimas cuatro semanas, en el sector de la residencial Altavista, han sido asesinados en raras circunstancias varios miembros de la pandilla 18 Sureños, como el caso de Luis Alonso Beltrán.
Tres días antes, es decir, el 23 de febrero, habían matado a otro, apodado El Muerte.
De acuerdo con las fuentes, es posible que el intento de asesinato contra Trujillo Gómez sea parte de una especie de purga o de vendettas entre los miembros de la misma organización señalada, junto a la mara Salvatrucha (MS-13), como una organización terrorista por la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Varias familias huyeron después del ataque
El ataque armado tras el cual murió Katherine derivó en que toda la familia de esta víctima huyera de Altavista, según comentaron vecinos de la cuarta etapa de esa residencial.
Pocos días después de que la niña fuera sepultada, los padres y otros parientes desaparecieron.
Una tarde de mediados de febrero, algunos vecinos cuentan que vieron que personas desconocidas, con custodia policial, cargaban en un camión de mudanzas, los muebles y electrodomésticos de la casa donde vivía la niña con sus padres.
La casa donde vivía la abuela, también luce cerrada y a la señora no la han vuelto a ver. Nadie sabe para donde se fueron. A nadie le confiaron para dónde se mudaban.
Pero la familia de Katherine no es la única que abandonó la residencial Altavista.
Lo hizo también don Irineo, como era conocido el dueño de la tienda Yoselin, donde Katherine y Trujillo Gómez esperaban ser atendidos cuando fueron atacados.
La tienda Yoselin era una de las más fuertes que funcionaban en la avenida Veracruz. Pero esa no era la única tienda que tenía Irineo.
Los vecinos de la residencial Altavista refieren que también era el propietario de la tienda Roxana, que funcionaba como a 300 metros de la primera, siempre en el mismo sector.
La tienda Roxana también era tan surtida como la Yoselin, pero también, desde hace varias semanas permanece cerrada.
Irineo y su familia desaparecieron de la noche a la mañana.
Sus tiendas permanecen cerradas. Los vecinos lo califican como un buen vecino y lamentan que también haya desaparecido de un día para otro.
Eso es todo lo que traen de cola las acciones de las pandillas: luto, dolor, separación de familias, desplazamientos internos o migración de gente que se ve amenazada por ser víctima o ser testigo dealgún hecho criminal cometido por esos grupos delincuenciales.