Contrario a lo que algunos piensan, Holly Jones sostiene que el cuidado del medioambiente y la productividad son compatibles.
Como directora ejecutiva del Consejo Empresarial Salvadoreño para el Desarrollo Sostenible (Cedes), parte de su labor es promover entre las empresa soluciones para reducir el impacto ambiental y, de ser posible, bajar costos.
Cada mes, Cedes organiza un foro sostenible. La sede siempre es una empresa que comparte las mejores prácticas en cuanto al medioambiente. Se trata de un foro bastante técnico donde, con cifras, se explica a representantes de otras empresas el beneficio de acciones para manejar las aguas residuales, captar aguas lluvias o tratar los residuos sólidos.
Uno de los foros sostenibles tuvo lugar en Unilever. La empresa mostró a los asistentes las acciones llevadas a cabo para reducir su consumo de agua en un 43 % y el consumo de energía en un 13 % en sus plantas regionales.
Además, Unilever ha reducido en un 15 % las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y ha logrado que el 55 % de sus materias primas sean de fuentes sostenibles.
El Diario de Hoy conversó con Jones sobre porqué las empresas deben interesarse en reducir su impacto ambiental y cómo pueden lograrlo. Jones explicó que en los foros suelen presentar un “antes y después” de la implementación de acciones para reducir el impacto.
Ella afirma que “hay ciertas empresas que van muy adelante en estos temas”, pero esas acciones no son difundidas. Los foros, considera, sirven para destacar esas acciones y motivar a otras empresas a replicarlas.
¿Hay empresas que realizan acciones que ni siquiera les exigen la ley?
H.J.: Sí, muchas veces van adelante de la ley porque las empresas, especialmente las multinacionales, están bajo estándares de Europa. Ya están bajo la ley europea entonces, sí, van más allá.
¿Alguna empresa esta tratando las aguas residuales?
Sí, tenemos a Pettenati, la textilera brasileña. Esa empresa ocupa mucha agua en sus procesos. Antes de poder ocupar el agua tienen que tratar el agua porque el agua que les llega no está en los niveles que necesitan para operar... Una empresa así tiene que hacer como dos procesos: de filtración y de tratamiento, para poder generar un producto de buena calidad.
Hubo una crisis económica y las empresas también la han sentido. Con ello, ¿no se ha reducido el interés de las empresas por la sostenibilidad de sus actividades?
Creo que tal vez el camino más fácil es decir: “Por la crisis no podemos trabajar en sostenibilidad. Tenemos otras prioridades”. Pero a nivel internacional hay tantas nuevas tecnologías, nuevos modelos de negocio, nuevas soluciones que se están generando. (...) Lo que nosotros podemos hacer como Cedes es estar al tanto de lo que está pasando a nivel internacional e ir halando las soluciones que podamos aplicar aquí e ir divulgando la información. (...)Ese es nuestro papel: divulgar esas información, motivar y ayudar a entender cómo son los procesos, si uno quiere continuar por ese camino.
Desde las ong ambientalistas hay una tendencia a ver a las empresas como el enemigo del medioambiente. ¿No podría contrarrestarse eso difundiendo las acciones que llevan a cabo?
En Cedes esa es la actitud. No queremos meternos en esa pelea antigua de la ong y la empresa privada. (...) En los últimos diez años, la empresa privada ha tomado un rol más protagónico de buscar soluciones, de implementar nuevos modelos, nuevos proyectos de sostenibilidad. Siento que esa actitud, de que la ong ambiental solo quiere pelear y criticar ¿a dónde vamos a llegar con eso? Creo que es más proactivo y más positivo si los dos lados pueden trabajar juntos para buscar metas en común. A nivel personal, no tengo tiempo para perderlo en peleas. Solo quiero mirar hacia adelante, buscar soluciones y buscar a las personas que quieren ese mismo camino y no solo criticar, criticar, criticar.
Invertir en procesos de producción sostenible ¿encarece la producción?
Justamente ahí vienen los nuevos modelos de negocio, porque si una empresa, si una persona considera nuevas tecnologías para su casa o para su empresa, muchas veces la primera idea que tenemos es decir: “¡Me va a salir súper caro!”. Esa es como una reacción que tenemos porque antes, los últimos cinco años, las cosas sí eran más caras porque eran nuevas;pero ahora las tecnologías son bastante comunes y los precios han bajado. También, si todavía a través de un estudio de costos la persona ve que sí le va a salir más caro, uno tiene que ver su inversión a largo plazo y comparar cuáles van a ser los costos a largo plazo. Voy a pagar 5 dólares más en comprar un foco ahorita, pero me va a ahorrar 50 dólares en todo el año. (...) Las empresa que ya tienen la visión a largo plazo saben que van a poder ahorrar.
A una empresa que no tiene estándares internacionales ¿por qué le tiene que importar reducir su impacto ambiental?
Para mí es tema de moral. ¡Debería de...! Siento que es tema de responsabilidad moral tomar esas decisiones y cuidar a los seres humanos alrededor y cuidar el ambiente. Estamos en un mundo interdependiente, donde cada acción que tomamos tiene un efecto en otra persona o en el medioambiente. Vivimos en un mundo con tanta información, tan conectado (...) Anivel del planeta, las empresas tiene mapeados todos los recursos del planeta y ahí uno se da cuenta que vivimos en un mundo de recursos limitados y tenemos que cuidar lo que tenemos.
¿Quiere decir que “por moralidad” las empresas no solo deben interesarse en generar ganancias?
Exacto. Las empresas deben tener una conciencia. Siento que el capitalismo va cambiando, porque el capitalismo puro y duro no nos está llevando a ningún punto sostenible. Entonces hay que encontrar un punto de equilibrio (..). Creo que es la responsabilidad de cada empresa medir cuáles son sus impactos, su impacto social y medioambiental, e identificando cómo se puede reducir.