Entre los habitantes de la comunidad El Calvario, del cantón El Llano, en Ilobasco, Cabañas, hay conmoción por el asesinato de su presidente, José Ayala García, y sus hijos veinteañeros, Douglas y Andrés.
Desde hace más de una década José era el líder comunal y las gestiones que hizo con diferentes instituciones permitieron que sus vecinos pudieran tener acceso a servicios básicos.
La tenacidad y sencillez del señor, de unos 45 años, hicieron que se ganara el cariño y respeto de la mayoría de lugareños, quienes ayer no podían creer que él y sus parientes estuvieran muertos.
García llevaba una vida modesta y sostenía a su numerosa familia con el dinero que obtenía fabricando tejas artesanales.
Precisamente eso estaban haciendo ayer los García, alrededor de las 4:00 de la madrugada, cuando fueron atacados a balazos por varios pandilleros que irrumpieron en la vivienda.
Los dos jóvenes fueron lesionados primero y murieron casi de inmediato; el padre fue auxiliado por unos policías pero perdió la vida en la patrulla en la que era trasladado al hospital.
Algunos lugareños relataron que el señor fue herido de bala cuando se le atravesó a uno de los delincuentes que pretendía matar a otro de sus hijos. El adolescente, según las fuentes, resultó ileso.
Liderazgo le habría conseguido enemigos
El trabajo constante que José García hacía por su comunidad hizo que decenas de familias se beneficiaran.
Algunos vecinos de las víctimas relataron que desde que el señor asumió la presidencia de la comunidad se logró que la municipalidad les encementara la calle principal del caserío.
También gestionó la instalación de unos lavaderos públicos y tiempo después llegó la instalación del alumbrado público.
Se sabe que actualmente los lugareños estaban haciendo los trámites para poder tener agua potable en sus viviendas.
Si bien García era muy querido por sus vecinos, su trabajo como representante de la comunidad le habría traído problemas con los pandilleros que acechan la zona.
A decir de algunos pobladores, a los delincuentes no les causó la misma satisfacción que al resto el tener iluminada la vía pública, porque aparentemente esto les impedía delinquir sin ser vistos.
Además, por ser el representante de la comunidad, José debía estar en contacto con la Policía y otras instituciones, como la Alcaldía.
Los delincuentes presumían que él era quien mantenía a los agentes informando de lo que pasaba en la comunidad y, para ellos, era él quien los delataba.
Las fuentes policiales sospechan que el contanto que la víctima tenía con las autoridades podría estar relacionado con el ataque.
Otra hipótesis que se escuchó ayer en la comunidad es que los hijos de José se negaban a ser miembros de pandillas y por eso los mataron.
Sin embargo, la delegada de la Fiscalía que llegó a la escena del triple homicidio descartó que las víctimas tuvieran vínculos con pandillas.
Según ella, no se había logrado determinar el móvil del asesinato y aún se estaba indagando si las víctimas habían sido amenazadas de muerte.
Hasta el cierre de esta nota, las autoridades no reportaban detenciones por estas muertes violentas.
Horas después del múltiple homicidio, la Fiscalía reportó en su cuenta de Twitter el asesinato de Rafael Ernesto Castellanos.
La escena fue procesada en elcantón San Francisco Echeverría, en Tejutepeque, siempre en Cabañas. Se desconoce la forma en que lo mataron y el móvil del ataque.