El talón de Aquiles de Antonio Saca

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22 marzo 2013

Generalizando, el presidente de la República no es más que un administrador de un gabinete que ejecuta obras de diferente tipo y el mandatario ocupa su capital político para presionar que tengan los suficientes recursos para poder ejecutarlas. Esto es normal, pues no podemos imaginar a un presidente con un trabajo operativo, tomando las decisiones día a día, desde cuánto asfalto se va a ocupar en una carretera ni asegurándose que no se les haya olvidado comprar el detergente para limpiar los inodoros de una clínica en un pueblito.

Es decir, el presidente es el director de la orquesta y todos entendemos este hecho. Al votar por una persona, se vota por un gabinete, y este gabinete es el que da la cara en nombre del presidente antes de una elección, durante su mandato e incluso después de terminado el mandato en algunos casos.

Cuando el expresidente Saca corrió para presidente en el 2004 por ARENA, quienes lo rodeaban realmente eran de un prestigio reconocible por personas de cualquier ideología. Entre ellos Eduardo Zablah, quien luego fue el secretario técnico de la presidencia y que renunció a medio mandato y el excanciller Francisco Laínez, que también renunció a medio mandato por sus aspiraciones a volverse candidato presidencial y que el mismo Saca bloqueó. Otro caso pudiera ser el haber tenido de compañera de fórmula a Ana Vilma de Escobar, entre otros.

Los ejemplos anteriormente mencionados claramente abonaban a la imagen de Saca, a su propia candidatura. Esto es algo realmente importante para cualquier candidato, así como lo son Hato Hasbún y el Dr. Alexander Segovia para Funes. En el caso de Antonio Saca, ¿quiénes irán a hablar en nombre de él del calibre de los mencionados anteriormente?

¿Se imagina usted si es presidente de la República y tiene que enviar a hablar en su nombre a Guillermo Gallegos o Francisco Merino? Ese es el caso de Antonio Saca, su gran problema es ¿quién irá a hablar en nombre de él, quién lo puede representar? El mayor problema aún es que por más bien intencionado que pueda ser cualquiera, el solo hecho de apoyar a Saca conlleva estigmas no deseables para muchos, por lo menos dentro de una porción importante e independiente de la población.

Mi análisis proviene del hecho que todos seguimos esperando a las "cientos de organizaciones de la sociedad civil y de empresarios", que iban a "sorprendernos" de cómo iban a salir todos apoyando a Saca. Decían que las cosas iban a "cambiar cuando Saca se lance", porque ya va a ser oficial, cuando lleva casi una década estando todos los días de alguna manera en la nube mediática- política de nuestro país.

En los casos de Norman Quijano y Salvador Sánchez Cerén pueden ir a hablar docenas de personas, ya se sabe quiénes los rodean, quiénes los apoyan y quiénes estarían a su lado en caso de ser presidentes (para bien y para mal).

El gran problema de Antonio Saca no es su popularidad, ya que su labor de prometer desde riquezas hasta mundiales le ha ganado un considerable apoyo. El gran problema de Saca, su talón de Aquiles, es quienes lo rodean, y él lo sabe. Por eso mismo es que se quiere desmarcar que lo acusen de ser de GANA (quien él mismo fundó sin lugar a dudas) y está comenzando su "Movimiento Unidad" como fachada.

Mantengo mi tesis, la próxima elección es entre dos, y Saca no es uno de ellos.