La réplica de la noticia, la realidad virtual y la política

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30 marzo 2013

El periodista mexicano Juan Villoro publicó hace poco un amplio artículo titulado "La comunicación en zigzag"; interesante el planteamiento que hace en torno a tres cosas muy en boga en la actualidad. Una, Beppe Grillo, el político italiano antisistema, ha puesto en práctica una comunicación paradójica: mientras menos entrevistas televisivas ofrece, más se habla de él en las pantallas; dos, las redes sociales, sean estas Twitter, Facebook o cualquier otra, se han convertido en instrumentos esenciales para el conocer o desconocer el acto de comunicación que se lleva a cabo, por ejemplo, la que realiza Grillo en Italia, que lo ha convertido casi en símbolo de los críticos y de los inconformes sociales; y tres, el ejercicio político, en la actualidad, echa mano de la comunicación en zigzag, utiliza las redes y, sin duda, impacta a la sociedad en su conjunto, tenga o no tenga acceso a la Internet. Me explico.

Hay que entender que el tema de la comunicación en zigzag no es algo nuevo ni exclusivo de las redes sociales; es más, Villoro, en su artículo, pone como ejemplo de sus tesis las explicaciones del comunicador, historiador italiano, Umberto Eco quien, en los años Ochenta del siglo pasado, analizó la campaña publicitaria de Bennetton, cuando se llenaron por todos lados de las provocativas imágenes del fotógrafo Oliverio Toscani: un enfermo de sida, un bebé recién salido del vientre, una monja que daba un beso. La pregunta que se hacía Eco era: ¿Estas imágenes movían a la gente a comprar la ropa de Bennetton? No, pero todo el mundo hablaba de la marca, entonces, dirán los mercadólogos, ha habido un proceso de posicionamiento de la marca en la sociedad.

Aplicado esto a Grillo, tal como lo explica Villoro, es que el político italiano antisistema ha comprendido que lo "decisivo no es una noticia sino las réplicas que provoca. El nuevo comunicador es alguien que dice algo para que otro lo retome y le otorgue autoridad".

Dos reflexiones en torno a este punto: una, si bien es cierto que la dinámica del zigzag es clave para entender la difusión de los mensajes en la actualidad, sobre todo los que se manejan en las redes sociales, esto, "matemática y puramente" no es cierto, porque todo depende de la información y la noticia. Por ejemplo, si la información es falsa, puede hacer daño en un primer momento, pero tarde o temprano se diluye y pasa a ser parte de una mentira más.

Y dos, la información de las redes sociales, puede que tenga amplia difusión, sin embargo para que sea validada por terceros creíbles, por ejemplo por un medio de comunicación, esta tiene que pasar por los filtros de, al menos, tres componentes: fuente creíble, constatación de los hechos (verificación) y contraste de los datos con otras fuentes involucradas.

Dicho en otras palabras, no cualquier información o datos que circulan en las redes sociales tienen que ver con la verdad o con la realidad; es que lo dice la Internet, afirma cotidianamente la gente. Sí, lo puede decir, pero en las redes, en la realidad virtual, se dicen muchas cosas, y buen número de ellas no pasa la prueba de la verificación mucho menos la de la verdad.

En este contexto sí entiendo, pero no lo comparto, que algunos partidos políticos, algunos miembros partidistas hacen uso de las redes sociales no para sacarles provecho y difundir información que sea compartida en las comunidades de usuarios, sino que, conscientemente, divulgan falsedades, y lo que es peor, utilizan estos recursos para despotricar contra el oponente, el supuesto enemigo político.

Son dos extremos: por un lado, las campañas masivas de desprestigio, y el otro, "arruinar" las redes sociales, poniendo información partidaria a todas luces falsa, alejada de la realidad y de los intereses de los ciudadanos. En ambos casos, lo que va implícito es que los usuarios, los internautas, los miembros de la comunidades virtuales, están predispuestos y hacen uso cada vez más de las herramientas para bloquear o borrar todo aquello que destile supuestamente información de los partidos y de los políticos. En todo caso, si en realidad el político y los partidos políticos quieren ser importantes en las redes sociales, entre los usuarios y las comunidades virtuales, tienen que transformarse y ser relevantes, importantes, ser parte de la vida cotidiana de los hombres y mujeres que viven, trabajan, se divierten, sufren. Los discursos ya no valen ni sirven, los hechos son los que hablan y merecen crédito; las cancioncitas, las palabras bonitas que pregonan las promesas de los políticos no sirven para nada, aunque las difundan ahora en las redes sociales.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com