Debido a la crisis de inseguridad que vive El Salvador, autoridades de Gobierno han revelado que estudian la posibilidad de impulsar un estado de excepción.
Muchos consideran que un estado de sitio es lo mismo que un estado de excepción.
En términos jurídicos y prácticos, esto no es así, ya que son regímenes totalmente diferentes.
El estado de excepción (que en otras naciones se conoce como estado de emergencia) es un mecanismo contemplado en la Constitución de la República - aproblado por el Presidente o la Asamblea Legislativa - para enfrentar un situación extraordinaria, como una catástrofe, perturbación del orden social u otro peligro considerado muy grave.
Con este estado se restringen ciertos derechos fundamentales, ya sea de manera parcial y total.
Estos son 5 derechos que se perderían si se aprueba un estado de excepción.
En tanto, un estado de sitio lo declara el Presidente de la República - con el aval de la Asamblea Legislativa - y le da plenos poderes a la fuerza armada para que reprima graves disturbios sociales.
En algunas legislaciones esto puede equivaler a un estado de guerra.
En este ámbito, quedan en suspenso las garantías constitucionales.