“Un día te voy a matar, viejo, porque me tenés harto”

Walter Eduardo Torres apuñaló a su padre la noche del martes. Huyó y no ha sido encontrado por las autoridades.

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Trasladan el cuerpo de Alfredo

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09 March 2016

Tras varias amenazas, Walter Eduardo Torres, cumplió la noche del martes lo que le había dicho a su padre: que lo asesinaría. 

El crimen ocurrió en la sala de su casa, en la calle principal del barrio Concepción, en Tepecoyo, La Libertad.

Su madrastra estaba en la vivienda. Acababa de volver de la iglesia con su esposo.

El joven de 20 años, de acuerdo con la mujer, andaba bajo los efectos de la marihuana. Vestía de negro y portaba guantes del mismo color, ya que saldría a practicar bicicleta con sus amigos.

Antes de salir le dijo a su padre Joaquín Alfredo Torres, de 64 años, que quería hablar a solas con él, por lo que la compañera de vida del señor los dejó a solas en la sala y se fue a uno de los cuartos. A los minutos, la mujer escuchó un grito de Alfredo. Llegó a la sala y vio que estaba en el suelo sangrando. Ahí también estaba Walter.

El hombre tenía un puñal en el tórax e intentó levantarse. Cuando lo hizo se sacó el arma blanca y quedó tendido fuera de la casa.

Eran las 10:00 p.m. Su esposa salió corriendo a pedir auxilio a la subdelegación policial que está a una cuadra de la casa. Había avanzado unos metros cuando Walter la alcanzó, la arrastró del pelo y le tapó la boca para que no gritara.

El joven se escapó y todavía no ha sido encontrado. 

Alfredo fue asistido por personal de Comandos de Salvamento y fue trasladado a Fosalud del municipio, donde falleció 15 minutos después. 

Según relató la esposa del fallecido, este se dedicaba a construcción de casas y los dos no vivían en Tepecoyo, pero viajaban cuatro días a la zona por un negocio de ropa. Cuando no estaban en la casa, Walter llevaba a sus amigos, presuntos pandilleros, con los que se embriagaba y consumía drogas. Aseguró que hace ocho días, él intentó violarla. 

La mujer no encuentra ningún móvil claro del crimen, solo recuerda que la relación entre el padre y el hijo no era buena desde hace años y que en varias ocasiones el joven le había dicho a Alfredo: “Un día te voy a matar, viejo, porque me tenés harto”.