No se puede ignorar la importancia del agua a nivel familiar, comunal, regional o mundial. La escasez del agua es un grave problema.
Un efecto directo del cambio climático, es la escasez del agua o la abundancia desordenada de esta, en forma de huracanes, ciclones y temporales.
Son los cultivares de árboles, los elementos equilibrantes de un comportamiento apropiado y sostenible del recurso.
El agua es el elemento animador de la vida, es indispensable para conservar la vida en el reino animal y el reino vegetal.
Es increíble como Dios nos brindó tan invaluable recurso, valorado casi solo cuando lo necesitamos.
En pleno verano, cualquier planta se marchita y con solo ponerle agua, recupera su vigorosidad. Aún si le aplicamos fertilizantes sin ponerle agua, morirá.
Los caminos
No se trata de incursionar en la filosofía del Día Mundial del Agua, sino enfocar la limitación de la disponibilidad del recurso y saber qué podemos cada uno de nosotros hacer, para vivir en armonía con el agua, en busca de la conservación del planeta tierra.
La ONU decretó el 22 de marzo, Día Mundial del Agua. Todos somos responsables de proteger el agua y de las consecuencias de los daños que causa, cuando cae en forma de tormentas y provoca inundaciones por falta de vegetación.
La presencia de árboles es fundamental para proteger el agua y además, los árboles son los canales naturales que tiene la lluvia para infiltrarse al subsuelo, la cual posteriormente funcionará como reservorio para vitalizar nuevos cultivares y manantiales, que son recurso básico para proyectos humanos, desde residenciales hasta los agrícolas.
Los árboles son también los que controlan la erosión, los que reducen el impacto de las corrientes de agua en pendientes, y evitan daños en las partes bajas.
Todos vivimos las bondades del ciclo hidrológico, el cual comienza con las lluvias, o sea la precipitación del agua.
Al contacto con superficies sólidas, se evapora y tarda 1200 años para volverse a formar, en condiciones normales, según publicaciones de la FAO.
Pero una parte forma escorrentías que ayudan a fortalecer los ríos y a veces arrastra sedimentos, empobreciendo los suelos e inundando presas hidroeléctricas, reduciendo su vida útil.
Las inundaciones afectan cultivares, provocan muertes como en el Bajo Lempa o afectan negocios y casas.
Si el agua de la lluvia cae en un bosque, se infiltra al subsuelo.
Protección
Todos podemos colaborar en mejorar la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones, sembrando árboles, especialmente porque protegen el agua . Además, cada árbol es una “máquina de hacer oxigeno”, que simultáneamente es un reservorio de carbono.
Es conveniente por tanto, para proteger el agua, plantar árboles en las cuencas acuíferas. De las muchas especies existentes, es recomendable cultivar aquellas que son perennifolios, resistentes a las adversidades, con raíces especialmente vigorosas.
Para ejemplo, almendro de río, ojushte, bario, pimienta gorda, chaquiro, carreto, nim, marañón, pepeto, volador, brazil, chaya, leucaena, paterna, papaturro, cerezo, San Andrés, copalchío, llama del bosque, nance.
Otras opciones son mango, mamoncillo, gravileo, zapote, sunza, entre otras especies, apropiadas, para cuencas.
Tres cuartas partes del planeta están cubiertas de agua actualmente, pero si alteramos esa relación, peligra la humanidad. Un bosque es símbolo de vida y un desierto es símbolo de muerte.
Las lluvias del inicio del invierno deben ser aprovechadas, ellas vienen ionizadas y cargadas de todos los nutrientes que hay en el aire y en el polvo.
Es momento de preparar campañas de siembra de árboles para hacerlo de forma oportuna, o sea al inicio de la estación lluviosa y con las especies más adecuadas a las condiciones del terreno .
El vivero San Andrés ofrece asistencia técnica para todo programa de siembra de árboles y precios especiales a programas de recuperación de cuencas. Llame al 2305 0871