El lado personal

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15 febrero 2013

En un mundo tan aclerado y mecanizado como en el que vivimos, casi no hay tiempo para expresar cosas de carácter personal. Los sentimientos se evaden para dar espacio a lo que se considera más urgente, y nuestro lado humano se oculta hasta volverse inaccesible. En el área médica la cosa no es muy diferente, y a pesar estar cargada de situaciones fuertemente emotivas, el aspecto personal se siente pero muy pocas veces se expresa.

Por ello es reconfortante darse cuenta que el lado humano sigue ahí, y que puede surgir en el momento propicio. Un ejemplo de esto sucedió recientemente en el Hospital Presbiteriano de Nueva York. El doctor N., médico de la Unidad de Emergencias, atendió a una señora con cáncer de seno, que llegó para ser tratada de problemas respiratorios. En diciembre del año pasado la paciente murió. Al enterarse, N. interrumpió su trabajo y escribió una carta al esposo. Esta carta, publicada en Internet por el hijo de la señora, ha dado la vuelta al mundo y ha tocado el corazón de millones de personas. Dice así:

"Querido señor -----

Yo soy el médico que trató a su esposa el domingo pasado en la Unidad de Emergencias. Sólo hasta ayer me di cuenta que había muerto y quise escribirle para expresarle mi tristeza. En mis veinte años como médico de emergencias nunca le había escrito a un paciente o a sus familiares, ya que nuestros encuentros son típicamente rápidos y no siempre permiten una interacción más personal. Sin embargo, en su caso, yo sentí una conexión especial con su esposa, quien fue tan amable y cordial a pesar de su enfermedad y su dificultad respiratoria. Me sentí también conmovido por el hecho de que ustedes fueron una pareja muy amorosa. Usted la apoyó muy bien, haciendo siempre las preguntas correctas, con calma, cuidado e interés. En mi experiencia como médico sé que el amor y apoyo de un esposo o miembro de la familia es el bien más preciado, y proporciona paz y serenidad a aquellos muy enfermos. Siento su pérdida y espero que pueda encontrar la tranquilidad en la memoria del gran espíritu de su esposa y del amor que los unió. Mis sentidas condolencias para usted y su familia. Atentamente, Dr.-----".

El médico que escribió esto jamás pensó que su carta iba a ser leída por millones ni que iba a despertar tantas reacciones de simpatía. Pero esto fue precisamente lo que sucedió. El hijo de la paciente afirmó que leer la carta le ayudó a hacer frente a la pérdida. Los comentarios de los lectores también indican que fueron movidos emocionalmente por este sencillo pero valioso gesto. Transcribo algunos de ellos: "Más noticias así, y menos de violencia, política y celebridades", "Cada cierto tiempo la humanidad de una sola persona nos redime al resto", "Quisiera tener un médico así cuando me toque el turno".

La reacción que produjo la carta muestra con claridad que las personas están ávidas de interacciones más personales, de ver el lado humano de los otros y de darse cuenta que, debajo de toda postura o actitud, está el ser humano con todo lo grande que puede tener.

A todos nos llegan momentos difíciles y es bueno saber que hay personas que se toman el tiempo para hacer algo más de lo esperado, y que con un pequeño gesto pueden cambiar el mundo.

*Médico psiquiatra.

Columnista de El Diario de Hoy.