El incremento de homicidios y el estado de la seguridad pública

descripción de la imagen

Por

24 febrero 2013

Durante los últimos meses, a pesar de la negociación entre el Gobierno y las pandillas, las estadísticas oficiales indican que la cantidad de homicidios registrados ha presentado incrementos. Éstos se reportan en el marco de la adhesión de varias alcaldías a la iniciativa oficial denominada "municipios santuarios" y el anuncio de las autoridades sobre una próxima entrega de armas de fuego ilegales que protagonizarán las pandillas.

A finales de enero, el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, David Munguía Payés, durante un evento desarrollado en la Academia Nacional de Seguridad Pública, confirmó que en ese mes el promedio diario de homicidios pasó de 5.4 a 6.5. Argumentó que el repunte se debía a "purgas internas" entre pandilleros recientemente deportados de Estados Unidos y sus pares locales.

Detalló, además, que 35% de las víctimas de enero eran pandilleros deportados, tácitamente atribuyendo su deceso a agresiones perpetradas por miembros de pandilla que operan en el país. También advirtió que el incremento identificado no se podría considerar una tendencia, ya que el espacio temporal analizado era demasiado corto.

Sin embargo, con pocos días para que finalice febrero, casi un mes después, las autoridades han confirmado que el promedio ha subido a aproximadamente siete homicidios por día. El general Francisco Salinas, Director General de la Policía Nacional Civil, fue el primero en ratificar a este rotativo que "en febrero se nos ha disparado un poco, hay alrededor de siete homicidios diarios".

Señaló que el pacto pandillero "es imperfecto" y aseguró tener "fe" en que "los pacificadores van a lograr el objetivo de bajar los niveles de violencia". Un día después, Munguía confirmó el aumento a este periódico y justificó, en consonancia con las declaraciones del general Salinas, que éste se debe a que algunas estructuras pandilleras han roto los acuerdos pactados.

Aunque el tema central de las declaraciones antes mencionadas es la variación en las estadísticas de homicidios, lo más preocupante de su contenido es que las autoridades asuman tan poca responsabilidad en relación a la dinámica criminal y que se evidencie qué tan poco control tiene el aparato de seguridad estatal sobre el comportamiento de la delincuencia.

Los detalles brindados por los funcionarios denotan que la seguridad pública del país descansa en manos de las estructuras criminales (que deciden a su antojo cuándo cometer o no ilícitos) y no está en función del trabajo desarrollado por el aparato de seguridad.

Algunos analistas argumentan que al reducirse la presión ejercida por una alta incidencia de homicidios, se crean las condiciones necesarias para fortalecer las fuerzas del orden. No obstante, estos casos evidencian que ha pasado todo lo contrario. La Policía no ha logrado infiltrar a las pandillas y recopilar información que permita generar análisis e inteligencia, que permita anticipar la comisión de delitos, el surgimiento de nuevos patrones delictuales y/o cambios en tendencias relacionadas con la incidencia criminal. La cantidad de casos recientes en que agentes policiales han sido capturados por su participación en la comisión de ilícitos, sugiere, en cambio, que las estructuras criminales sí han penetrado a la corporación policial.

El relativamente reducido nivel de incidencia de homicidios, sugerido por las estadísticas oficiales, disminuye la presión social hacia el Gobierno y sus funcionarios, por mejorar y fortalecer las capacidades y operaciones desarrolladas por los encargados de velar por la seguridad de los salvadoreños. Las autoridades se jactan y afincan sus esperanzas en un decremento propiciado por un pacto que escapa la institucionalidad del aparato de seguridad y, cómodamente, no hacen lo propio para fortalecer la seguridad pública de El Salvador. Si esto continúa así, será inevitable que la capacidad oficial para responder a una nueva ola criminal se deteriore de forma progresiva.

*Máster en Criminología

y Ciencias Policíacas.

@cponce_sv