Convicción democrática

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08 febrero 2013

La prioridad en la lucha contra la corrupción, aprendí hace más de una década en Durban, Sudáfrica --en un congreso anticorrupción al que fui invitado por USAID--, debe centrarse en cerrar vacíos legales --"loopholes"-- que permiten la discrecionalidad de los funcionarios públicos en el manejo de fondos provenientes de las arcas estatales. Por el contrario, aseguraron los expertos, cuando la lucha se centra en intentar "meter preso a alguien", el objetivo de lograr mayor transparencia por lo general ya se ha perdido, dando lugar a vendettas de tipo político. Más cabeza y menos hígado, entonces, se vuelve fundamental para tener éxito en esta cruzada de carácter global.

Las reformas a la Ley de Acceso a la Información Pública, aprobadas con dispensa de trámite ayer por la madrugada en la Asamblea Legislativa, con 46 votos, lejos de buscar cerrar vacíos legales y que se cumpla la ley --una buena ley por cierto--, aprobada hace más de un año, viene a quitarle dientes cuando ni siquiera los comisionados que regirían el Instituto han sido nombrados. Le quita dientes por derogarle atribuciones, como por ejemplo que de ahora en adelante será el funcionario quien decidirá qué información es de carácter reservada y cuál no; además, elimina necesarias sanciones ante la falta de respuesta de las instituciones a solicitudes específicas de información pública.

Ante este revés, me parece que esa interesante y amplia coalición de carácter no ideológico que nació como Grupo Promotor, precisamente para buscar una ley de Transparencia y acceso a la Información Pública, y que tiene en su seno a Fusades, Funde, ANEP, la UCA y APES, entre otros, redoblará esfuerzos, tal como sucedió el año pasado con la figura de Aliados por la Democracia, cuando la Asamblea Legislativa se negaba a cumplir las sentencias de la Sala de lo Constitucional. Y digo que me parece que redoblará esfuerzos porque al final esto es asunto de tener o no tener convicción democrática; porque asiste la razón y unifica parte importante de la intelectualidad salvadoreña.

De la intelectualidad y de la sociedad salvadoreña pues el anhelo de vivir en una sociedad más próspera, libre y transparente me parece, sin temor a equivocarme que es un sentir mayoritario y no solamente acá en nuestro país sino en la aldea global. España es el último ejemplo de un escándalo de presunta corrupción por los supuestos sobresueldos que un ex tesorero del Partido Popular (PP) --a quien le encontraron cuentas en Suiza-- habría dado durante varios años a figuras de su partido. Respuesta: la contabilidad del PP está por ser accesible en Internet, Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, hará públicas sus declaraciones de renta.

La forma como fueron aprobadas las reformas ayer por la madrugada, con dispensa de trámite, es decir sin estar en punto de agenda para la plenaria, manda malas señales. Los chinos bloquean redes sociales; los norcoreanos, el Internet, y en Cuba antes de la revolución tecnológica en que nos encontramos, hubiesen podido evitar que saliera información de una víctima de cáncer que se encuentra en el CIMEQ. El punto es en qué país queremos vivir, en uno en que los funcionarios rindan cuentas ya que por ley están obligados a hacerlo o donde sea el funcionario quien decida qué revelar y qué no. Al final, es asunto de convicción democrática.

*Director Editorial de El Diario de Hoy.