ALBA Petróleos

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12 febrero 2013

¿Qué me molesta de ALBA Petróleos? No me estorba que haya nuevos ricos. De hecho parte de la solución para el país depende de su fortalecimiento económico, del surgimiento de una clase media más numerosa y con mayor poder adquisitivo, del nivel en que logremos que más familias superen la pobreza en que viven. Necesitamos nuevos poderes económicos, nuevas empresas, que ayuden a balancear las presiones sobre el poder político. Necesitamos, más que otras cosas, institucionalidad y valores democráticos.

Lo que molesta de ALBA Petróleos es la naturaleza de sus recursos económicos. En esta sociedad de economía mixta participan como socios ENEPASA (una entidad pública descentralizada con más de veinticuatro municipalidades miembros) con un 40 % y PDV Caribe, S.A., una filial de PDVSA de Venezuela, con un 60%. El dinero se genera de la compra de petróleo y sus derivados a Venezuela.

Es dinero público que pertenece a otro país y que con un propósito en particular se deja en El Salvador en condiciones fuera de mercado. De las ventas de combustible, PDVSA deja a su empresa hermana en el país un porcentaje altísimo en condiciones de préstamo a largo plazo y a una tasa risible. Se habla de porcentajes cercanos al 50 %, de plazos de 23 o 25 años y de tasas cercanas al 1 % anual.

Es dinero público de otro país que se está utilizando para incidir en la política interna. Nunca antes había ocurrido algo así. Ni siquiera los "demonios del imperialismo" que tanto atacaban los líderes de ALBA Petróleos, habían usado su dinero con tanto descaro. Diferente es que un país por medio de alianzas con el Estado y con otra institucionalidad promueva alternativas de desarrollo económico.

Los Estados Unidos de América inciden con su dinero público, pero no de la misma manera. El Asocio para el Crecimiento es una alianza con el Gobierno para el desarrollo de proyectos de impacto social que posibiliten un mayor desarrollo económico y humano en la zona. Este ejemplo de FOMILENIO I y las alianzas público-privadas que promueve Estados Unidos, por medio de USAID, son meritorios.

Nunca antes se había abusado del dinero público para construir empresas que compitan deslealmente con nuestro sector productivo. El objetivo de este esquema diabólico es generar liquidez a líderes conservadores del FMLN, para incidir en la vida nacional a través de programas populistas y de incursiones productivas.

Diferente fuera que el Gobierno en un esfuerzo de país aprovechara la liquidez que le dejara una relación de este tipo con un buen plan de nación y con una visión al estilo de Corea. Pero no. Los recursos son puestos a disposición de una camarilla de líderes políticos al servicio de un proyecto inspirado en otras tierras. Ni siquiera pueden argumentar que es un proyecto genuinamente nacional, cuando en las elecciones pasadas al perder varias municipalidades las sacaron de ENEPASA. ¡Vaya respeto a la voluntad popular!

Es más importante el carnet partidario (aunque se haya disfrazado de funcionario público municipal), que la acreditación democrática obtenida en elecciones libres. Es más importante servir para canalizar con fines oscuros el dinero público de otro país que respetar la soberanía nacional. Es más importante el interés personal que los intereses de la nación.

Esto es lo que me molesta de ALBA Petróleos. ¡Que sigan hablando de los nuevos ricos si les place! Lo que molesta de ALBA es el dinero público al servicio de una camarilla corrompiendo la política nacional con populismo y tratando de romper las estructuras productivas para generar nuevos y nefastos monopolios.

P.S. ¡Presidente Funes, vete las reformas aprobadas a la LAIP!

*Columnista de El Diario de Hoy.