¡Cuidado con El Salvador!

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01 febrero 2013

Retomo el titular que encabeza este artículo de una columna de opinión publicada en un periódico guatemalteco hace unos veinte años. Se refería su autor al despegue que se veía venir para El Salvador luego de la firma de los acuerdos de paz, despegue que en efecto llegó, aunque sus efectos no duraron los años que todos hubiésemos deseado; viniendo de la guerra hubo todo un esfuerzo de nación para hacerle frente a la reconstrucción del país, con un mínimo monto de la ayuda que para tal fin había sido ofrecida por la comunidad internacional. Por paradójico que parezca, hubo más ayuda para la guerra que para la paz, por lo que se recurrió al impopular IVA.

Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde entonces y, en un año calendario --365 días--, estaremos a la víspera de volver a las urnas para elegir al próximo presidente y vicepresidente de la República, período 2014-2019. Por lo que ya se ve, será un año largo, lleno de ansiedades, como es natural por lo que estará en juego, pero preocupa el riesgo de que se deteriore aún más el rumbo del país. Muchos vimos con esperanza, a manera de ejemplo, el intento a todas luces de buena fe del pasado diciembre de una especie de relanzamiento del programa Asocio para el Crecimiento.

Entiendo que sobre el Asocio habrá reunión técnica en Washington, D.C., la próxima semana, ojalá no afecte el caso ENEL/CEL, y que en cuanto al Segundo Compacto, conocido como Fomilenio II, seguimos siendo "elegibles", aunque aún por decidirse si obtendremos tan importante apoyo que cambiaría para bien la faz de la nación por llevar desarrollo --infraestructura-- al área que en definitiva tiene potencial para la atracción del turismo internacional: la zona costera del país. Las proyecciones indican que mejorará la economía mundial en los próximos años, lo cual nos debería llevar a prepararnos para resurgir en la postcrisis.

Deseable sería, a este respecto, escuchar de los candidatos propuestas concretas de mediano y largo plazo para sacar a nuestro país del actual momento, es decir escucharles propuestas que nos permitan recuperar la senda del crecimiento económico, porque sólo con una economía creciente, de manera sostenida, podremos salir adelante con beneficios tangibles para todos, en especial para quienes más necesitan. También propuestas de respeto al marco institucional democrático que tienen los países más prósperos del planeta; que consigna nuestra Constitución y bajo el cual, tras la firma de los acuerdos de paz, se incorporó a la política el actual partido oficial.

Pienso que el candidato que actúe en esta línea captará apoyo entre los votantes indecisos --"swingers"--, pues además de ser las economías abiertas y la democracia lo que en verdad funciona para los habitantes de los países donde prevalecen, lo que el país está demandando y requiere para intentar revertir el actual ciclo recesivo en que nos encontramos es todo un empuje de país, de esos que llevó hace veinte años a más de algún vecino a decir ¡Cuidado con El Salvador! El riesgo que afrontamos es que puedan más las visiones cortoplacistas en un ambiente electoral ya de por sí crispado y subiendo de tono. Ese es el riesgo que tendremos este año calendario que nos viene.

*Director Editorial de El Diario de Hoy.