Regulaciones de tránsito: multas y seguros

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02 enero 2013

La reciente racha de accidentes ha llevado a las autoridades a proponer modificación de las leyes incrementando multas a temerarios, a fin de reducir dichos eventos. ¿Reducirá esta medida los accidentes?

Asumiendo estadísticas oficiales exactas, las probabilidades indican que no se reducirán, pues la acción está dirigida a los conductores denominados temerarios en nuestro medio, pero que no son los que causan todos los accidentes. Los diccionarios dicen de temerario: "Excesivamente imprudente arrostrando peligros", "Que tiene o muestra imprudencia", "Imprudente, que se expone o expone a otras personas a riesgos innecesarios", no mencionando alcohol, pero en nuestro medio, temerario es sinónimo de ebriedad.

Del total de accidentes en el país, pocos se deben al alcohol y la mayoría se deben a otras causas, como se expone a continuación:

En los primeros 43 días de 2012 (EDH 17-2-12) hubo 2570 accidentes. Tres infracciones produjeron los siguientes resultados: invadir el carril contrario 21.63%, distracción 21.08%, no guardar distancia 16.42%, sumando 59.13%, para un total de 1520 accidentes. Solamente 58 accidentes, 2.25%, fueron debidos a estado de ebriedad o drogas.

Publicación hecha en abril 2005 (EDH) mostraba que a esa fecha habían sucedido 900 accidentes, 96.2% debidos a variadas causas, entre ellas 58% por imprudencia, y 34, o sea 3.8%, fueron debidos a ebriedad.

El VMT informó, (EDH 23-12-2011), que desde 1995 hasta 2011 hubo 375,925 accidentes, incluyendo todas las causales, con un saldo de 140,124 (37.27%) heridos, y 16,646 fallecidos (4.4%).

Hace 46 años, cuando preparé mi tesis de grado, encontré que menos de un 5% de accidentes era debido a efectos del alcohol y que la mayoría era debida a imprudencia.

Teníamos entonces 51,400 vehículos y 2,930,000 habitantes (17 vehículos/1000 habitantes); actualmente hay 700,000 ve-hículos y 6,300,000 habitantes, (111 vehículos/1000 habitantes). Sorprendentemente, los accidentes por ebriedad se han mantenido debajo de 5%, aun cuando la densidad ha aumentado más de seis veces.

Lo anterior muestra que menos de 5% de accidentes se debe al alcohol, indicando que imponer fuertes multas a esos "temerarios" no detendrá los accidentes producidos por el resto de infractores, 95%, pues son debidos a otras causas. En puro salvadoreño, los bolitos, 5%, van a pagar el pato del 95% restante.

Debe modificarse el proceso de cobro de multas, concediendo 15 días hábiles para cancelarlas; caso contrario, decretar arresto del infractor hasta que cancele. Actualmente las multas se pagan cuando se matricula el vehículo o se refrenda la licencia. Todos hemos oído la explicación de salvadoreños residentes en Estados Unidos de por qué allí se maneja bien: "Aquí te llevan preso". ¿Será eso lo que necesitamos?

En cuanto al seguro vehicular, el actor principal del accidente es el conductor. Un vehículo, por sí solo, no ocasiona accidentes. De manera que el seguro debe ser personal, se tenga o no se tenga vehículo. Este sistema permite seguros diferenciales basados en riesgo-conductor. Menor prima para los que no tienen accidentes, mayor prima a los que ocasionan accidentes. Cuánto más accidentes más alta la prima.

Pero no sólo es cuestión de leyes. Es necesario hacer una revisión de elementos y causas del desordenado tránsito que tenemos. En artículo anterior ("Por qué manejamos mal", EDH 24-5-12) presenté un perfil del comportamiento de nuestros conductores y resulta que todos somos responsables.

Los maestros por no enseñar a los niños a cumplir regulaciones y respetar al prójimo; escuelas de manejo, que enseñan a manejar pero no a conducir; casas tramitadoras, que consiguen licencia sin examinarse; empresarios que contratan motoristas sin licencia y sin carnet. Responsables somos todos al desestimar regulaciones. En fin, estamos mal porque queremos estar mal.

*Ingeniero, con estudios de Tránsito.

edgardo_a_molina@yahoo.com