A los jóvenes

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04 enero 2013

Iniciamos el año dando gracias a Dios y ofreciéndole los 12 meses que estamos estrenando. Buen momento para ser optimistas.

¿Razones para ello? Por ejemplo, contamos con una población joven, que tiene mucho qué ofrecer a nuestro país. Entusiasma el surgir de jóvenes que, finalmente, se preocupan de los asuntos nacionales. Porque nuestra juventud estaba apática e indiferente. Cierto que muchos jóvenes están involucrados en asuntos de gran valor, entregados a causas filantrópicas. Es decir: nuestros jóvenes dijeron SÍ a la solidaridad, pero NO a la política. El que ahora, además, levanten su voz para opinar, criticar, sugerir y exigir en los aspectos que nos incumben a todos, es muy positivo.

Los jóvenes, como es de esperarse, tienen una visión diferente, aspiran a otras cosas y el futuro que desean es distinto al que en mi generación pretendíamos. Por eso, es de lógica y justicia que sean ellos, los jóvenes, quienes ahora comiencen a construir ese futuro, de acuerdo a sus propias necesidades.

Apoyo decididamente a la juventud, lo que no significa que esté de acuerdo con todos sus planteamientos. Consideran (igual que muchos politólogos) que "ahora ya no importa la ideología, ya no es asunto de izquierdas o derechas". Entonces, ¿cuál es su ideología?

Porque la ideología sí importa: nos da luces sobre el rumbo y el peso específico que se dará a cada una de las variables que conforman la vida nacional, afectando a cada ciudadano. Indica si la vida --desde su concepción--, la familia natural, la libertad --en todos los ámbitos-- , la justicia (sin apellidos), la responsabilidad individual, la independencia de poderes, la dignidad del trabajo, etc., son valores prioritarios, o por el contrario, se privilegia que los ciudadanos estén supeditados, no a la ley, sino a la voluntad de las autoridades o si esos temas, vitales y decisivos, serán condicionados a conveniencias, caprichos e intereses egoístas, en lugar de ser la columna vertebral del orden que nos regirá. Expresa si nuestro país será encaminado hacia la competitividad y la excelencia o, en vez de privilegiar el trabajo honrado y bien hecho, continuará la promoción de canonjías, incluyendo en éstas la impunidad, la corrupción, la compra de votos y voluntades, profundizando el populismo, en lugar de edificar nuestro desarrollo nacional.

Eso y más lo indica la ideología de las personas y partidos políticos. Diría que una ideología definida y concreta es más una fortaleza que una debilidad.

Por eso, si los jóvenes desechan las ideologías "de derechas e izquierdas", nuevamente pregunto: ¿cuál ideología sustentan? Explíquenla.

También deseo pedirles que no menosprecien a los viejos. Como dice José Santos Chocano en su poema "Árboles viejos": Hasta el árbol tronchado del camino/ sin hojas y sin frutas y sin flores/ puede prestar asiento a los pastores / y un báculo prestar al peregrino.// Así el anciano de experiencia y tino/ consejos da que evitan sinsabores/ y, sin sabia, ni aroma ni colores/ cumple su ley y tiene su destino…// ¡Oh labrador…! Escucha mi consejo/ te debes resistir cual me resisto/ a cortar ramas aunque están desnudas; // porque puede salir de un árbol viejo/ quizás la cruz en que sucumba un Cristo,/ quizás la rama en que se cuelgue un Judas.

Para todos, mis mejores deseos en 2013. ¡Que el Divino Salvador nos bendiga y ampare!

*Columnista de El Diario de Hoy.