(Antes de leer este artículo, sugerimos leer la breve guía para entender las elecciones en Israel. Además, encuentre aquí un análisis del triunfo de Benjamín Netanyahu.)
Desde la sede de Fatah, partido que administra la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania, el secretario de Asuntos Latinoamericanos, Mohamed Odeh, expresó a El Diario de Hoy pesimismo tras los resultados electorales en Israel.
A su juicio, la cercanía de Netanyahu con Estados Unidos y su postura agresiva con Palestina son retrocesos en los esfuerzos por la paz. De hecho, en la campaña Netanyahu publicó vallas posando con el presidente Donald Trump, en las que destacaba su experiencia y cercanía con líderes “de otras ligas”.
Odeh criticó las declaraciones de Trump, quien días antes de las elecciones manifestó estar de acuerdo con que Israel anexe los Altos del Golán, territorio de facto sirio, ocupado por Israel y de alta importancia estratégica y militar. “¿Quién es Trump para regalar tierras que no le pertenecen? Si quiere regalarle algo a Israel, que regale Texas, no algo que no es suyo”, lamentó.
No obstante, Odeh afirma que la Autoridad Palestina tiene la “mano tendida” para alcanzar la paz. Esto contradice las visiones de líderes de opinión en Israel, quienes miran en el bando palestino a un grupo que obtiene réditos políticos y económicos al no acceder a un acuerdo final de dos estados.
Para Odeh, además de la retórica de Netanyahu, la promesa de anexar asentamientos judíos en Cisjordania es otro factor que vuelve endeble un proceso de paz. Esto, advierte, puede despertar nuevas tensiones que generen grandes actos de violencia.
Un periodista palestino que habló con El Diario de Hoy bajo condición de anonimato para proteger su seguridad coincide con Odeh y destaca que los palestinos están molestos y la gente puede tomar una posición en respuesta a las posturas de Netanyahu y al apoyo de Trump. “No me puedo imaginar que haya calma en la franja de Gaza cuando vean la anexión de asentamientos en Cisjordania”, dijo.
Asimismo, este periodista advierte que Hamas, el grupo terrorista radical que controla la Franja de Gaza, podría ganar simpatía en Cisjordania en vista de la creciente frustración que ha generado la elección en Israel.
No solo en Palestina hay reparos
Netanyahu ganó nuevamente, pero dentro de Israel hay muchos reparos a su estilo de gobernar. Amir Peleg, un emprendedor del “Start-up Nation” que dinamiza la economía israelí, admite que a pesar de que Israel es un país avanzado tecnológicamente, el conflicto los sigue anclando al pasado.
A su juicio, los jóvenes, los emprendedores y los empresarios quieren paz, no retóricas incendiarias. “Por eso, para muchos esta no era una elección por el ‘mejor camino’, sino en contra de la dirección en la que nos está llevando un líder en particular”, dijo.
Lejos de esta burbuja tecnológica, en la pequeña aldea Shibli a las faldas del histórico Monte Tabor, un líder de una tribu beduina recientemente convertida del nomadismo a la vida sedentaria, expresa una visión similar: “Netanyahu ha sido un líder fuerte, pero este estilo ha terminado. Con su liderazgo es difícil llegar a la paz con Palestina”.
Asimismo, pide sensatez en las políticas que ofrece Netanyahu. “A veces podemos sacrificar un poco de territorio (refiriéndose a los asentamientos en Cisjordania) a cambio de lograr la paz”.
Pese a estas opiniones, lo cierto es que Netanyahu tiene los números para armar gobierno, pues logró conectar con una fibra sensible de la población israelí, que ve en la vulnerabilidad con respecto a sus vecinos su problema principal.
“Ellos no nos quieren acá”, menciona un joven israelí que afirma haber votado por la derecha. “Si no nos defendemos, mañana nos caen más cohetes. También tenemos el derecho a sobrevivir”, agrega.