Significado del Triduo Pascual

no dejemos solo a Jesús en la Pasión, Muerte y Resurrección porque gracias a este martirio es que hoy tenemos la posibilidad de salvarnos y llegar al cielo

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17 April 2019

Esta semana salimos a vacación, por los medios de comunicación se nos invita a visitar las playas, a usar los bikinis, a tomar cerveza o agua de calor, las sodas se venden en los súperes, queremos estar en el mar con amigos, con nuestra pareja, nuestra familia o en la montaña; la mayoría se pone ebria en lo que conocemos como “Sábado de Gloria” como si la gloria o el paraíso está en el alcohol; para otros es un tiempo de vivir tradiciones, cultura y conversión o, mejor dicho, cambio de vida, conmemorando la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Reflexionaremos sobre nuestra actitud y papel como cristianos en los días del Triduo Pascual. Pensemos como si estuviéramos en aquella época en la que vivió por amor a nosotros la Pasión y Muerte de Jesús:

Jueves Santo: se lleva a cabo la Última Cena de Nuestro Señor Jesucristo, lo que produjo la Institución de la Eucaristía; por otro lado, Judas lo traiciono y entregó por unas monedas de plata a los sumos sacerdotes, Simón lo negó tres veces, pero ¿cuántas veces nosotros lo traicionamos por dinero, playa, viajes, placeres, juegos de azar y lo dejamos solo en la Pasión a quien dio su vida por nosotros? ¿Cuántas veces vamos con pereza y de manera obligatoria a la Eucaristía o a misa? ¿Cuántas veces criticamos al sacerdote que en la misa representa a Jesús?

Viernes Santo: A Jesús lo juzgan injustamente. El pueblo que 5 días antes lo recibe con júbilo y ramos como Rey, hoy lo condena a muerte y una muerte de cruz.Lo coronan de espinas. Jesús carga su cruz con amor y sin renegar. Lo maltrataron, cuando ya estaba en la cruz le dieron vinagre, se burlaron de el y a pesar de todo perdona a las personas. Me pregunto ¿cuántas veces negamos a Jesús por placeres, dinero, personas, amores y otras cosas? ¿Cuántas veces no queremos aceptar las cruces diarias o nos quejamos de ellas? ¿Cuántas veces no queremos tener venganzas y no perdonar a quienes nos juzgan y golpean injustamente? ¿Cuántas veces nos convertimos en Herodes, los soldados, Pilatos, los sumos sacerdotes y el pueblo que juzga a Jesús o a cualquier persona inocente, como por ejemplo los niños que aún están en el vientre de la madre y que son abortados por juzgarlos según los ojos de los seres humanos y no con el amor de Dios?

Sábado de Gloria: los Discípulos tenían miedo.Habían olvidado las promesas de Jesús. En cierta manera estaban con falta de fe y esperanza. Estuvieron escondidos con María y otros seguidores en oración y vigilia. Pero, ¿cuántas veces tenemos miedo a perder un “amigo” por seguir a Dios o al qué dirán los demás si vamos a la iglesia? ¿Cuántas veces omitimos el tema de Dios, religión o iglesia en una conversación entre amigos, en la universidad, en un artículo que escribimos en los periódicos, en cualquier lado? ¿Cuántas veces tenemos 2 caras: la que se esconde para hablar con Dios y la que no cree en Él y busca el horóscopo u otros ritos satánicos esperando milagros?

Domingo de Resurrección: día en el que nuestro Maestro prometió que resucitaría. Bien de mañana los discípulos fueron al sepulcro. Al ver que estaba abierto pensaron lo peor, que se habían robado el cuerpo de su maestro hasta que unos hombres vestidos de blanco les preguntaron ¿por qué buscan al que está vivo entre los muertos? Hasta ahí se acordaron de la promesa que Jesús hizo y que ya estaba escrita por los Profetas “y al tercer día resucitará el Hijo de Dios entre los muertos”. Me pongo a pensar: ¿Cuántas veces le pedimos pruebas a Dios para creerle? ¿Cuántas veces dudamos de la palabra de Dios o que Jesús está realmente en la Hostia consagrada o que Él está con nosotros siempre?

En conclusión, no dejemos solo a Jesús en la Pasión, Muerte y Resurrección porque gracias a este martirio es que hoy tenemos la posibilidad de salvarnos y llegar al cielo. Seamos agradecidos con Él, llevemos las cruces diarias con amor. Los católicos apreciemos más la Santa Eucaristía y no salgamos corriendo de ella. Creamos más en Dios y no le pidamos pruebas para creer.

Licenciado en Turismo