Eduardo Cálix: "No tenemos experiencia previa de transmisión de mando en un lugar abierto"

Lo que más destaca es la coordinación para dar seguridad perimetral a los dignatarios de países amigos que serán invitados al acto solemne.

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Foto EDH/Lissette Lemus

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12 April 2019

No hay manera de estimar cuánto podrá costar el acto de traspaso de mando del uno de junio ante el llamado del presidente electo Nayib Bukele de austeridad y cumpliendo con todos los requisitos de ley que requiere una transmisión presidencial en un lugar abierto como la plaza Gerardo Barrios. Esto porque el país no tiene una “experiencia previa” de organizar un evento de tal magnitud, en un sitio que conlleva a ampliar el circuito de seguridad, explicó el jefe de Protocolo de la Asamblea, Eduardo Cálix.

“No tenemos experiencias previas adonde hayamos presenciado una transmisión de mando presidencial en un lugar abierto, sólo lo hemos hecho en lugares cerrados o los adecuamos precisamente a lo que es esta ceremonia”, precisó Cálix, quien también ha participado de transmisiones de mando en gobiernos anteriores.

El presidente electo ha solicitado que el costo del acto de juramentación de su investidura no sobrepase al gasto realizado en el último traspaso de mando del presidente Salvador Sánchez Cerén. Según el gobierno actual osciló entre medio millón y 900 mil dólares.

Pero es de tomar en cuenta que hay muchos detalles que no se pueden pasar de largo, que van desde recibir a los altos dignatarios que presenciarán el acto, asegurarles su estadía, transporte, alimentación, reuniones diplomáticas en el país y brindarles seguridad desde que llegan al aeropuerto del país “hasta que ponen un pié de regreso en el avión y ese avión sale hacia su lugar de destino”, manifestó Cálix.

Y no sólo se trata de custodiar a un mandatario de un país amigo, pues es la costumbre por la “cortesía” y “reciprocidad” que se vuelve ley en la diplomacia internacional que en cada transmisión de mando asisten con los gobernantes por lo menos unas 100 misiones oficiales que deben ser atendidos de la misma forma en que los delegados salvadoreños son recibidos en sus países de origen en actos similares.

Cálix informó que se deben crear por lo menos nueve comisiones especiales: de alojamiento, de transporte interno, de protocolo, de seguridad, de acreditaciones, de prensa y comunicaciones, de primeros auxilios y de arreglos de viaje. Algunos podrán ser coordinados sólo por el gobierno saliente, otros por ambos y otros con la Asamblea.

El jefe de Protocolo destaca que la reunión del jueves en la Asamblea ayudó a “limar” asperezas que existían entre los equipos del gobierno saliente y el entrante por “malos entendidos” que terminaron “fracturando” la coordinación.

“Esto de alguna manera se elevó a la voz pública y eso lo que hizo fue como propiciar que el ambiente político contaminara un poco el hecho que no habían coordinaciones en el trabajo que se estaba haciendo”, subrayó Cálix.

Sobre el tiempo que falta hasta el traspaso valora que están a tiempo de organizar un evento “digno” que pondrá en “vitrina” al país.