Países que vivieron el totalitarismo ahora atesoran la libertad

Sólo la educación puede revertir la degradación en la que hemos caído en muchos órdenes, comenzando por la educación en principios. Y en esto las universidades tienen un papel importante

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09 April 2019

La mayoría de pueblos que cayeron en el comunismo, con la excepción de Cuba y Corea del Norte, lo descartaron rápidamente para optar por economías de mercado y la educación en libertad.

Ver videos de lo que es hoy Vietnam, en su momento símbolo de una forma extrema de regimentación humana, es inspirador: sus ciudades son vibrantes escaparates de actividad, de intenso tráfico, negocios de todo tamaño, gran diversidad cultural derivada de los muchos extranjeros que allí se han asentado o que le visitan, del interés de los locales por saber cómo son otras sociedades, tanto de Asia como del resto del mundo.

Lo mismo se puede decir de Camboya, cuyo genocidio de más de dos millones de inocentes a manos de los jemeres rojos quedó registrado en el testimonial del periodista Dith Pran, escrito en primera persona por su colega Sydney “Syd” Schanberg y llevado al cine en “Los gritos del silencio”.

Los guerrilleros se toman la capital, Nom Pen, y entran victoriosos entre las multitudes, las mismas a las que al día siguiente sojuzgan y mandan a morir a los “campos de la muerte”. Las ciudades quedaron vacías y el nuevo régimen decretó que “acaba de crear el mundo, que ese es el ‘año cero’ y que el único dios es el partido comunista”.

La pesadilla no terminó hasta que los vietnamitas, que habían sido sus aliados, intervinieron y sacaron del poder a los sanguinarios jemeres, porque estaban amenazando con llevar su locura hasta sus vecinos.

No se le hace un favor a nadie embruteciéndolo y acomplejándolo, sino que se le condena a ir por la vida con los ojos vendados y con el corazón envenenado. Y lo más grave es que al menospreciar al resto de sus congéneres a causa de esos odios, se le puede hacer caer en el crimen, como el manifestante que dijo a un policía “sé quién sos, dónde vives, quién es tu familia...”.

La educación es clave para desterrar a los traficantes de ideas muertas

Las universidades existen para enseñar a pensar, para transmitir conocimientos y adiestrar a alumnos y docentes a investigar y descubrir nuevas cosas, que hagan contribuciones al saber general y a los métodos y técnicas para que una sociedad progrese.

Adicionalmente los egresados de una universidad deben contribuir a que los jóvenes y adultos que no pudieron recibir una educación universitaria, aprendan de los ya graduados.

Sólo la educación puede revertir la degradación en la que hemos caído en muchos órdenes, comenzando por la educación en principios. Y en esto las universidades tienen un papel importante: enseñar a pensar, a discernir, a elevar el conocimiento, pero esto no pasa por fomentar la violencia, los resentimientos y la vulgaridad.

Un caso repugnante entre tantos fue el gesto que un diputado hizo al expresidente Saca, lo que lo bautizó de inmediato como “el diputado patán” y que además lo acabó como politicastro.

El extremo fue Belloso disparando un fusil contra un pelotón de antimotines, creyendo que encendería la llama de una nueva revolución a lo jemer rojo y que sería declarado “héroe”, pero fue abandonado por sus instigadores.

Vietnam, Camboya y las naciones de Europa del Este encontraron el camino del desarrollo y el progreso porque dejaron de traficar en ideas muertas, en odios y resentimientos sin sentido, en posturas que chocan con las realidades contemporáneas.