Urge un diálogo político en nuestro país

El diálogo político constituye una herramienta de gran importancia para disipar la tensión política que afecta la gobernabilidad de un país.

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06 April 2019

En la pasada campaña presidencial vivimos un marketing político agresivo, desinformación y noticias falsas con la finalidad de descalificarse entre adversarios políticos y confundir a la ciudadanía que ejercería el sufragio. Esto preocupa porque quienes aspiran a dirigir las riendas de nuestro país, indistintamente del partido político que sea o la ideología que pregonen, son participes del engaño… la mentira en noticias falsas, calumnias y desinformación no deben permitirse de ninguna manera. Si mienten en campaña, ¿qué podemos esperar cuando gobiernen y tengan el poder? Indudablemente nada bueno.

Ya con un presidente electo, esto no ha parado, se siguen exacerbando estas perversas acciones y esto no vaticina ningún beneficio para nuestro país. Las divisiones ideológicas han entrampado durante muchos años nuestro desarrollo en diversos ámbitos y se eligió a un presidente para despolitizar y no a azuzar más las disputas políticas estériles. Por tal razón, la sociedad civil debe exigirle a nuestra clase política dejar a un lado los intereses propios y partidarios, porque han sido designados para velar por los intereses de todos los salvadoreños, comulguen o no con sus ideologías particulares.

El diálogo político constituye una herramienta de gran importancia para disipar la tensión política que afecta la gobernabilidad de un país. La política, como objeto de reflexión, desde una perspectiva dinámica se interesa por los procesos políticos que nos conduzcan a un bienestar sostenible en el tiempo y el cual tenga dimensiones de llegar a la mayoría de la población. Nuestros políticos comúnmente se han interesado en políticas de gobierno y no de Estado y estas solamente han beneficiado a sectores particulares e incentivado la corrupción.

La política tiene la característica de generar y mantener el espacio dialógico entre los diferentes funcionarios; por lo tanto, toda conducta con aires de petulancia debe ser desechada y modificada de raíz. Es imposible establecer un diálogo político con una contraparte que siempre busque imponer su autoridad. Por medio de un correcto diálogo se impulsa la vida democrática, ya que en la deliberación acerca de los asuntos que competen a toda la sociedad, se exige una resistencia y puesta a prueba de los argumentos que se exponen y así verificar su viabilidad a la realidad social, económica y política del país.

Así se fortalecen las relaciones democráticas, porque los acuerdos políticos sobre asuntos de la población necesitan un criterio amplio acerca de los posibles beneficios de otras perspectivas y una disposición no sólo a tolerar sino a escuchar con atención la disensión de los opositores, incluida una disposición por cambiar posturas si existen razones convincentes para hacerlo.

Sócrates argumentaba que el diálogo construye el conocimiento ya que en la comunicación hablada existe un conocimiento recíproco siempre y cuando se base en un pensamiento racional. Esto nos permite una crítica objetiva además de ubicar fielmente el pensamiento social, político y económico. Es imprescindible que nuestros políticos tengan estas características del dialogo en sus disertaciones, que los argumentos de los postulados que defienden posean una estructura sistemática, dignos de personas que comandan una nación.

Sin dialogo político no hay una sana política, sin este la democracia pierde consistencia y paulatinamente se diluye llegando a características de índole dictatorial e impositivo. En una democracia la institución del diálogo es el Parlamento (el lugar donde se habla). Los diálogos extra-parlamentarios casi no tienen lugar en una democracia. El diálogo parlamentario y sus deliberaciones se expresan fundamentalmente en los debates los cuales, como en la polis griegas, deben ser públicos. Nuestra clase política tiene un enorme reto: dialogar y llegar a consensos que reduzcan y luego eliminen la abyecta corrupción.

Politólogo y Consultor en Seguridad @LuisSaxum