El país debe apostar por una infraestructura moderna y de largo plazo

La llegada de la Cuarta Revolución Industrial obliga al país a crear planes estratégicos de largo plazo, que permitan avanzar en infraestructura, transporte y energía, entre otros.

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Hoy día la industria debe incluir las nuevas tecnologías en sus procesos productivos y administrativos. Foto EDH/Archivo.

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31 March 2019

Entre 2007 y 2018, El Salvador retrocedió 22 casillas en el Indice de Desempeño Logístico (IDLC), que el Banco Mundial (BM) elabora en 160 países, entre estos Alemania, que ocupó el primer lugar, gracias a “iniciativas logísticas integrales”.

En el caso de El Salvador, el sueño de llegar a convertirlo en un centro logístico integrado, tal como se ha planteado desde hace más de una década, aún está pendiente.

Este gran reto de país se confirma en una serie de investigación de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), llamada Construyendo la Infraestructura del Futuro.

El documento sostiene que El Salvador se está quedando a la zaga en infraestructura, simplemente porque no se ha invertido lo suficiente ni se ha hecho en forma estratégica.

Los avances en infraestructura, como un aeropuerto internacional de primer nivel y modernas carreteras, que fueron motivo de elogio en años anteriores, ahora son parte del pasado.

De acuerdo al tanque de pensamiento, si bien se han ejecutado planes de modernización, no se han hecho en la magnitud y con el ritmo necesario para mantenerse como un “hub” logístico, apunta la investigación.

Tampoco se ha efectuado una expansión adecuada para atender la demanda actual y proyectada. Las inversiones efectuadas en los últimos años, según el documento, han sido sobre todo obras de rehabilitación.

Mientras que el Puerto de Acajutla tampoco ha recibió el tratamiento adecuado para mantenerse a la altura de los estándares internacionales. Sin obviar, que la concesión del Puerto de La Unión sigue en espera.

“Es por eso que la brecha se ha ido ampliando con respecto a otras naciones, como por ejemplo Panamá, que ha logrado notables avances en infraestructura aeroportuaria, en la cual hace unos años El Salvador era líder en la región”, aseguró la Investigadora del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, Carolina Alas de Franco.

El documento es claro, en cuanto a que El Salvador, ahora no solo tiene el reto de reducir esa brecha, sino también prepararse con infraestructura moderna e inteligente para enfrentar la Cuarta Revolución Industrial, que ya está presente a través de la robotización, los drones, la Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual y Aumentada, entre otras.

El documento sostiene que en países desarrollados ya se están desarrollando nano materiales más fuertes que el acero que revolucionarán la forma de construcción de las infraestructuras. La Inteligencia Artificial también ya está cambiando la forma de gestionar proyectos de infraestructura, en todas sus etapas.

Una política

¿Pero, cómo reducir la brecha que le permita al país escalar a otros niveles?. Según Fusades, además de ir al ritmo de la tecnología es importante que la modernización de la infraestructura (vial, aeroportuaria, portuaria y ferroviaria), vaya de la mano de un sistema logístico que abarate los costos y disminuya los tiempos.

Añade que es importante contar con un plan de largo plazo, es decir, una política de nación de infraestructura y logística con un enfoque integral, territorial y de largo plazo.

“Hasta ahora no ha habido esa voluntad ni se cuenta con esa ruta que permita avanzar sustancialmente para mejorar la infraestructura del país. Sin un plan y la voluntad política, los esfuerzos aislados fácilmente se diluyen sin que se observen resultados significativos, ni se resuelvan los problemas más serios que afronta el país”, expresó.

En el documento “Progresando en el Nuevo Milenio” se propone crear una Comisión Nacional de Infraestructura Estratégica, un ente conformado por un equipo multidisciplinario que propondría los proyectos prioritarios para ser ejecutados, y que además, monitorearía la ejecución de aquellos que el gobierno selecciones.

El siguiente reto es obtener los recursos millonarios que se requieren para lograr una infraestructura del primer mundo, pero que según Fusades, es difícil que el gobierno los pueda tener, dada la precariedad de las finanzas públicas.

Según Alas de Franco, en el presente, la capacidad de ejecución del gobierno ha sido deficiente, las obras se alargan y los costos aumentan; si a esto se añade algunos procesos que no han sido transparentes, resulta en obras con costos más altos de lo planeado inicialmente y sin obtener los resultados esperados.

Una buena solución es recurrir a los Asocio Público Privado (APP), en aquellos proyectos susceptibles de ser desarrollados a través de esta modalidad y aprovechar más la ubicación geográfica del país como ventaja competitiva.

La infraestructura energética

De acuerdo al documento de Fusades, la Cuarta Revolución Industrial también está incidiendo en el sector energético, con la digitalización, el surgimiento de otras fuentes de energía, como la solar y eólica, y la interconexión de redes, entre otras.

En nuestro país, el sector debe preparase para aprovechar las oportunidades que traen todos estos avances tecnológicos, y evitar así que se amplíe la brecha existente con países desarrollados.

Fusades destaca que el sector ha registrado avances importantes, como la modernización del marco regulatorio y la estabilidad de los precios de la energía, a través de contratos de largo plazo.

La diversificación de la matriz energética, con energías renovables, también forma parte de los avances.

En este punto, las licitaciones para conceder contratos de largo plazo han incidido en una mayor participación de las renovables.

Sin embargo, las energías renovables todavía tienen una participación muy pequeña dentro de la matriz, aunque su proporción aumentará cuando los proyectos adjudicados generen plenamente.

La energía solar ocupa sólo 1.5 % de la matriz, y la eólica aún no ha comenzado a inyectar, según datos a 2017. En cuanto a los precios, dijo que las importaciones de energía son las que más han aumentado la participación en los últimos años, lo que ha incidido favorablemente en estos.

No obstante, el mercado energético regional tiene ciertas limitaciones, y la meta debería ser no depender tanto de las importaciones sino generar nuestra propia energía.

En opinión de la experta deben diseñarse mecanismos para incentivar una mayor generación de energías limpias, y adaptar el marco regulatorio a los cambios tecnológicos asociados a estas nuevas fuentes energéticas.

Destacó que el litigio CEL-Enel tuvo consecuencias negativas, no solo ha afectado la situación financiera de la CEL por el pago que tuvo que realizar para prescindir del contrato, sino también se ha dejado de invertir, y se ha perdido recurso humano capacitado en la generación geotérmica.

 

Los retos en materia de infraestructura

Aeropuerto

Hace unos años, El Salvador ocupó el primer lugar en la región por su aeropuerto internacional, sin embargo, poco a poco fue perdiendo su liderazgo.

En 2006 llegó a ocupar el puesto 25 del Indice Global de Competitividad (IGC), en el pilar de calidad de infraestructura en transporte aéreo, pero en 2017 retrocedió al 99, siendo superado por Panamá que ese año se ubicó en la posición número 11 .

Cabe destacar que el ranking se elaboró en un total de 137 naciones en el mundo.

 

Aduanas

En la Encuesta Empresarial de Competitividad de Fusades, hecha con empresas exportadores, un 26.7 % de los entrevistados dijo que los trámites complicados y los costos son los factores que más les afectan, y que reducen competitividad. El sector privado se queja además de la constante caída del sistema para efectuar los trámites. El Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial, que mide la eficiencia en aduanas, entre otros aspectos, reflejó que nuestro país pasó del puesto 75 en 2007 al 107 en 2017.

 

Puerto La Unión

El documento sostiene que se debe concesionar el puerto a través de un proceso de licitación y adjudicación transparente, que tome en cuenta las dificultades de los intentos fallidos anteriores, con una auditoría externa sobre todo el proceso. De acuerdo a Fusades es importante que la empresa a la que se adjudique tenga varios años de experiencia en el manejo de puertos y el capital necesario. Mientras tanto, se debe resolver el problema de asolvamiento que presenta. El puerto terminó de construirse en 2008.