Construyendo visión estratégica al café

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25 March 2019

Se debe de tomar en cuenta que las finanzas para el sector del café se reflejan en el llamado “precio C”. El precio del mercado C del aromático se toma de la International Coffee Exchange (ICE), un precio de referencia que en realidad está muy viciado. ¿Cómo sabemos que está viciado? Debido a que la fijación de los precios del café en el precio C crea escenarios que justifican la grave desigualdad en las cadenas de valor del café y perpetúan la profunda pobreza en las tierras cafetaleras.

El precio C exacerba la volatilidad en el mercado, porque se basa demasiado en la especulación y en proyecciones a muy corto plazo. Está ahogando la economía real del café porque aumenta significativamente el riesgo para los agricultores y otros actores en el lado de la producción de la cadena de suministro. Los agricultores asumen el mayor riesgo en la cadena productiva.

La realidad es que a pesar de que los precios internacionales no permiten a los caficultores salvadoreños cubrir sus costos de producción, el sector se ve obligado a vender barato para no perder mercado, y no ser reemplazado por otro país.

No se puede tomar la decisión de dejar de cotizar en el contrato C (donde se vende el café nacional), así de la nada, porque lamentablemente es la referencia con la cual se compra y se vende el café a nivel mundial. No podemos dejar de vender café a nivel de bolsa porque no hay gente que vaya a comprar café salvadoreño fuera de ella, ya que somos un origen reemplazable.

La visión que se ha adoptado en Centroamérica, junto al resto de instituciones encargadas del sector café, es que no se puede asumir que salirse de bolsa es una buena medida que los caficultores deben adoptar, porque les puede ocasionar serios problemas. En los últimos seis años, el café solo ha llegado una vez a un precio de $150 cotizado en La Bolsa de Nueva York, el 80 % del café salvadoreño se transa con contratos teniendo como parámetro este precio mundial de café.

El promedio de precios en los últimos 40 años ha estado en los rangos de US$100.00 y US$120.0. El dilema es que, en nuestro país, antes de la dolarización, cortar un quintal de café costaba 40.00 colones y hoy cuesta la misma cuantía, pero en dólares, esto significa un incremento de 800%. Además, el fertilizante costaba 35% del valor actual, y todo esto sin tomar en cuenta la inflación.

Ni hablar del impacto de la inseguridad en las fincas, ya que es un tema complejo, delicado y difícil de cuantificar, en el cual todos los productores solo esperan que se pueda solventar pronto.

Considero que se debería impulsar un programa para el fortalecimiento del consumo interno. El Salvador puede consumir el 80% de lo que produce y podría tener un precio más estable que el de la Bolsa de Nueva York.

La demanda mundial de café ha ido creciendo a medida que aumenta la población y los cambios en el gusto por el aromático en Asia. El suministro de café depende en gran medida de la estacionalidad y las condiciones de crecimiento en las naciones productoras. Por lo tanto, el precio del café tiende a ser altamente volátil y atrae a los comerciantes, inversionistas y especuladores que buscan aprovechar esta volatilidad del precio del café.

Hoy en día los productores están enfocados en el precio del café y una mayor rentabilidad de sus negocios, pero muy pocos están preocupados porque sus cultivos sean sostenibles y por definir qué factores podrían ser una amenaza en el futuro.

 

Exministro de Economía resmahan@hotmail.com