Tras medio año de haber sido nombrada como alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la izquierdista chilena Michelle Bachelet se pronunció este miércoles, por primera vez, de forma crítica hacia la represión en Venezuela.
Bachelet no había querido lanzar señalamientos contra sus exaliados venezolanos cuando dirigió Chile, pese a las denuncias contra el régimen de Nicolás Maduro de violar los derechos humanos.
Pero la presión internacional y de los mismos venezolanos, que pedían a gritos que verificara los atropellos contra los opositores, hizo que la funcionaria encargada de velar por los derechos humanos en el mundo enviara una misión a constatar lo que otras organizaciones internacionales han denunciado.
Tras un informe preliminar de sus delegados en Caracas, Bachelet expresó ayer en Ginebra (Suiza) su preocupación por lo que sucede en Venezuela y pidió a Maduro que garantice a los expertos de su oficina, que actualmente están en ese país, el acceso irrestricto a los lugares y personas que elijan, sin represalias contra los entrevistados.
“Estoy sumamente preocupada por la magnitud y la gravedad de la repercusión de la crisis actual sobre los derechos humanos, que constituye además un inquietante factor de desestabilización regional”, expresó Bachelet ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al que rindió un informe oral.
La funcionaria aseguró que en el marco de las protestas contra Maduro su oficina ha documentado “numerosas violaciones y abusos de derechos humanos perpetrados por las fuerzas de seguridad y los colectivos armados”.
Bachelet señaló que eso ha incluido el uso excesivo de la fuerza, asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos en condiciones de detención, así como actos de amenaza e intimidación, lo cual ampliará en el informe que presentará en junio próximo, dijo.
La alta comisionada afirmó que las autoridades chavistas “se han negado a reconocer las dimensiones y la gravedad de la crisis en materia de cuidados médicos, alimentación y servicios básicos, por lo que las medidas que han adoptado no han sido suficientes”.
Además, mencionó que desde el último informe sobre Venezuela, que emitió en junio 2018 la oficina que ahora dirige, “el ejercicio de los derechos sociales y económicos ha seguido deteriorándose continuamente”, al igual que la atención sanitaria en el país y que se ha agravado la escasez. Asimismo, informó al Consejo que los recientes apagones en Venezuela han “agravado esta situación”.
Bachelet reconoció que más de tres millones de venezolanos han huido del país debido a la crisis, la cual cree que puede empeorar ante las sanciones que impuso EE.UU.