El Municipalismo en la nueva Salud Pública

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14 March 2019

El binomio Municipalismo-Salud en El Salvador debe tomar un protagonismo como nunca. Basta ya de ver la salud pública del país como algo ligero que cobra vida solo cuando las elecciones para alcaldes y diputados están a la vuelta. No debemos ver al municipalismo como una clínica comunal, brigadas médicas, fumigaciones en tiempos de epidemias.

Deben cada alcalde y concejo apropiarse del problema que aqueja a su municipio tal como lo hizo sin miedo a reprimendas partidarias el entonces edil de San Luis Talpa que destapó un problema lleno de mentiras, de datos encubiertos, de vergüenzas, cuando hizo pública la tragedia que azotaba a sus habitantes por la insuficiencia renal.

Solo viendo el municipalismo con visión de país podremos ver más allá de lo que nuestra vista nos permite: apostar por una salud pública desde el municipalismo que se construya con entera participación de cada actor y no tiene fecha de caducidad, por lo que no se puede buscar cargos de elección popular cabalgando y ofreciendo fantoches electorales como regalar antiparasitarios vencidos y otros.

Desde el municipalismo deben ser las acciones integrales a corto, mediano y sobre todo a largo plazo que sirvan como garantes de que nuestros recursos humanos y naturales serán protegidos como se debió haber hecho desde varios años atrás.

Acá llamamos municipalismo a conferencias de prensa que más parecieran desfiles de modas, creyendo que portando bayuncos chalecos servirá de algo. Se sabe de crisis totalmente identificadas, como brotes de enfermedades estacionarias, inundaciones, talas indiscriminadas de árboles y bosques enteros, contaminación de mantos acuíferos, vertederos de basura; sin embargo, los alcaldes y sus concejos callan. Se necesita que cada autoridad municipal asuma posiciones decisivas para garantizar no sus votos sino ese término que tan poco valoramos: calidad de vida. No se valen visiones miopes partidarias que apenas ofrecen medidas paliativas que violan francamente el Código de Salud y la inteligencia del salvadoreño. No se vale negar información sobre el tema de vectores como lo hizo tan torpemente el Ministerio de Salud bajo el gobierno del FMLN cuando dichos datos fueron requeridos por la municipalidad de la que fui concejal para realizar acciones concretas en beneficio de la población. No se vale un municipalismo comatoso que sus grandes preocupaciones es hablar de tasas, impuestos, pintado de tumbas, de la seguridad para el día de los difuntos.

No, eso no es municipalismo. Eso es vivir en el pasado ya que El Salvador necesita acciones para las nuevas exigencias, no postergar el futuro decisiones cuando nuestro país no da más. No hay espacio para colores políticos cuando nuestro futuro depende de apenas 262 actores. “No debe ser el carnaval de San Miguel el culmen del municipalismo”, como si con tan poco nos conformamos. Son los concejos que aparentemente conocen los problemas de su comunidad quienes deben no solo solucionarlos sino buscar lo mejor para cada habitante.

Debe cada alcalde dejar de ser un peón en el tablero de ajedrez del poder para convertirse en el rey y tomar las mejores decisiones con la vista puesta en aquel futuro. ¿Que si esto puede costarle el cargo? Como que ya es tiempo de dejar los intereses personales e imitemos al alcalde de San Luis Talpa que será recordado como un ejemplo del Municipalismo. Llegó el momento de ver a El Salvador como ese terruño que poco a poco agoniza, que solo se recuperará cuando a nuestros hijos y nietos les garanticemos una vida de calidad. No se necesita magia solo voluntad. Llegó la hora de una nueva Salud Pública en la que Ejecutivo y 262 Concejos se unan para trabajar en pro de la Salud de la Población, estoy seguro que la eficiencia de las acciones en corto plazo daría frutos. Una idea más que se podría utilizar y que se va posponiendo por agendas ideológicas y no de prioridades.

Médico