Sin mayor reparo defienden la contratación de parentelas en el gobierno

Que se nombre embajador en Hungría o Grecia a un diplomático de carrera que no habla ni húngaro ni griego es explicable, pero que no sepan ni inglés ni escribir correctamente es el colmo.

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07 March 2019

Con indignación y estupor, los salvadoreños escucharon cuando una dirigente del partido oficial defendió la contratación de parentelas en el gobierno, diciendo que “ninguna ley lo impide” y que “tampoco se pueden violar los derechos de estas personas al trabajo”.

Eso y la defensa sin sentido que han ejercido abiertamente hacia las crueles y sanguinarias dictaduras de Cuba y Venezuela han sido el colmo de los desaciertos con los que los efemelenistas han llevado el gobierno en estos diez años, creyéndose dueños de la verdad y que pueden cambiar la realidad a su antojo.

Durante este decenio se han difundido múltiples denuncias de las parentelas de los dirigentes efemelenistas acaparando las plazas mejor remuneradas o proliferando en ministerios clave, sólo por ser quienes son y no necesariamente por capacidad. Esto ha significado el despido o relegar a personal con experiencia y mejor calificado hasta desesperarlo y hacerlo que se vayan para dejarle el puesto a más parientes y activistas, como se ha revelado en todos estos años.

Este es el motivo de que en direcciones generales, en puestos diplomáticos, en jefaturas hospitalarias, en misiones al exterior se nombre a gente sin las credenciales y la preparación debidas. Que se nombre embajador en Hungría o Grecia a un diplomático de carrera que no habla ni húngaro ni griego es explicable, pero que no sepan ni inglés ni escribir correctamente es el colmo. O que se mande a gente que sólo va a darse la gran vida y despilfarrar el dinero de los contribuyentes a Europa, sin siquiera preocuparse por las comunidades salvadoreñas, es un abuso de poder.

Esos salarios y gastos de representación, vehículos, residencias, etc. no los pagan estos funcionarios de su bolsillo, o de las ayudas que recibían de los obispos holandeses, sino que son sufragados con dinero público, con los aportes que hacen los salvadoreños de toda condición económica a través de impuestos y además con los altos precios a lo que consumen a causa de la ineficiencia de “el Estado” y del saqueo fiscal.

Sí tienen derecho al trabajo, pero por capacidad y ética

Ciertamente, el primo de un dirigente político tiene “derecho al trabajo”, pero sólo si demuestra capacidad para desempeñarlo midiéndose con otros aspirantes, pues precisamente por ser primo no puede ser designado a dedo, sino que está obligado a demostrar su idoneidad en valoraciones objetivas. Pero tampoco puede decir que ignora que existe una Ley de Ética Gubernamental que prohíbe el nepotismo.

Por eso es que, como denunció el presidente electo, después de la derrota en las pasadas elecciones, los efemelenistas están moviéndose a ocupar puestos protegidos por la ley de salarios, para que no los muevan de allí.

La ansiedad es impresionante. Mueven al capricho a las personas que ocupan esas plazas para meter a sus incondicionales.

Lo que sí es seguro es que si el pecado fuera de otro partido ya hubieran corrido a cerrar calles, montar marchas blancas, rasgarse las vestiduras, hacer arder las plenarias, pero como son ellos, pues no importa la ética ni la obligación de nombrar gente capaz en los puestos.

El primer deber de una presidencia en este país es procurar que los cargos públicos estén en manos de personas capaces, de personas que por sus conocimientos o experiencia están en cargos públicos y que por lo mismo quitarlos para poner al pariente es un atropello, y no meter con calzador, por la fuerza, al sobrino o la prima incompetentes.

El mal precedente es peligroso, por lo que en lo sucesivo el nepotismo, pues así se conoce esta clase de abusos desde tiempos inmemoriales, debe combatirse tanto por la población como por nuestros socios externos.