La “solución diplomática” parece ya no funcionar en Venezuela

No se conoce la clase de chantaje que los cubanos han montado contra Estados Unidos para ganar tiempo o impedir el colapso del régimen venezolano, el que de todas maneras puede desplomarse por sí solo en cualquier momento.

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27 February 2019

Por una “solución diplomática” al horror venezolano se ha pronunciado el Grupo de Lima, formado por 15 países y que descarta cualquier intervención que provoque un derramamiento de sangre... la sangre de los forajidos que han tomado de rehenes a los venezolanos, eso es, no la sangre que día a día ellos derraman disparando contra manifestantes, apresando y asesinando opositores; la sangre de los que mueren al no haber medicamentos en los hospitales y centros de salud del país.

Hasta el Papa ha preferido no intervenir más al ver que Maduro solo utiliza estas gestiones o llamados al diálogo para ganar tiempo, y así se lo hizo saber el Pontífice al dictador en una carta.

Cuando en Estados Unidos, Europa, Japón... en la India o Sudáfrica, en el Medio Oriente, un terrorista o un loco se atrinchera escudándose con rehenes y dispara contra policías, las autoridades rodean el lugar, usan bombas lacrimógenas y buscan neutralizarlo... Nada de encarar terroristas enviándoles angelicales mediadores.

Maduro no ha tenido reparos en amenazar con mandar a apresar y quién sabe qué más al presidente interino, Juan Guaidó, sin mayores contemplaciones.

Por ahora no es eliminando a Maduro, a Diosdado (el capo del narcotráfico como lo señala el ABC de Madrid), al general Padrino y los gorilas que han montado las masacres, que va a resolverse el asunto, aunque Maduro está ya tan podrido que puede caerse por sí solo de la rama donde se sujeta.

Con todo lo que ha pasado, la “solución diplomática” parece ya no tener sentido, aunque monten una marcha de religiosos para llamar a Maduro y su banda a convertirse. Lo probable es que detengan la marcha con explosivos o les echen encima jaurías (como ejecutó Kim Jong Un a su tío en Corea del Norte) o las dispersen con bandas de criminales como las que atacaron e incendiaron los camiones con ayuda humanitaria en la frontera con Colombia, el pasado fin de semana.

¿Qué detiene a Estados Unidos

y las demás democracias?

¿Por qué no resuelven de un plumazo el tema de Venezuela?

El presidente Trump lo dejó entender: no es uno, Maduro, sino son tres: Maduro, Ortega y los cubanos, y como trasfondo la droga que se ha denunciado que sostiene al chavismo.

No se conoce la clase de chantaje que los cubanos han montado contra Estados Unidos para ganar tiempo o impedir el colapso del régimen venezolano, el que de todas maneras puede desplomarse por sí solo en cualquier momento, validando la advertencia de Napoleón Bonaparte: nadie puede sentarse por mucho tiempo sobre bayonetas.

Se dice que los comunistas cubanos están tras un aterrizaje suave para que no terminen ahorcados o linchados como Gadafi: por eso van a reconocer el derecho de propiedad, fomentar la inversión extranjera e inclusive aunque sin fijar plazo, comercios libres que suministren bienes a los pobladores, hasta hoy forzados a permanecer horas en fila, “en largas colas”, para recibir un mendrugo o un par de zapatos.

Pero el tiempo corre, y si bien los del Grupo de Lima están buscando “soluciones diplomáticas” que los gorilas solo aprovecharán para ganar tiempo o escapar, no se tienen esos melindres con el asesino Ortega, a quien con toda claridad le han anunciado que sus horas están contadas, las suyas y por ende las de Funes y su grupo.

Mientras, muchas enfermedades como el sarampión han comenzado a propagarse por nuestra región como consecuencia del desastre sanitario venezolano y del “socialismo del siglo XXI” fundado por el tristemente célebre Hugo Chávez.