Una excelente receta para el desarrollo

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22 February 2019

En su artículo “¿Haciendo historia?”, Manuel Hinds expresa que “el verdadero quiebre histórico se daría si se sentaran las bases para generar un crecimiento alto y sostenido en el país, de tal forma que El Salvador comenzara a desarrollarse, económica y socialmente, a un ritmo que permitiera a las generaciones actuales ver un país en franco desarrollo”.

Para ello propone cuatro acciones: Primero, invertir en la salud preventiva y la educación temprana de los niños que están naciendo ahora; segundo, ir siguiendo esta generación con inversión en educación y salud de Primer Mundo; tercero, invertir en educación técnica y de tercer nivel para los salvadoreños que ya están en la fuerza laboral y cuarto, invertir también fuertemente en la seguridad ciudadana. Luego, explica concretamente el por qué y para qué de estas medidas.

Las cuatro propuestas son vitales y la tercera podría ser de inmediata implementación, dado que en la mayoría de empresas formales, la educación/capacitación es un rubro constante y de gran inversión. Requeriría revisar los programas que ya se ofrecen y mejorarlos, pero lo principal es que la voluntad y decisión empresariales para ello, ya existen.

Opino que su primera recomendación, tan atinada como importante, requiere con urgencia que se establezca por ley que, EN EL MISMO DÍA en que cada niño nazca, sea registrado en su localidad. Cada institución de salud debería tener un funcionario obligado a ello; cada comadrona, por pequeño y lejano que sea el territorio donde ejerce, debería estar licenciada como tal y tener la obligación de registrar a la criatura. Y en caso de que el bebé nazca sin ninguna atención, la madre o el padre, por sí mismos o haciendo la petición a parientes y vecinos, deben dar vida civil a ese nuevo salvadoreño. Es una cultura que necesita crearse, porque no existe. Si no, veamos la indiferencia hacia la obtención del DUI, siendo esto tan importante. Sin ese primer paso del nacimiento civil de nuestros niños, no podrá atendérseles posteriormente como se necesita.

En la educación inicial, es imprescindible inculcar lo que proclama nuestra bandera: DIOS, UNIÓN, LIBERTAD. Dios, porque es el origen de todo respeto, de toda autoridad, de fe y confianza, de entendimiento. Sin temor de Dios, hay caos. No hablo de clases de religión, sino de saber diferenciar, desde los primeros años, entre el bien y el mal. Unión, porque todos somos salvadoreños y vivimos en el mismo suelo; esa unión inicia en la familia, institución vital que debemos proteger. Y Libertad, para hacernos responsables de nuestras acciones y de nuestro propio destino.

Es importante fomentar el amor a la lectura, que tanto enseña y, además, enriquece el vocabulario. Muchas personas hacen mal las cosas no por mala voluntad, sino porque no entienden, desconocen el nombre de las cosas y tampoco saben explicarse. Se debe inculcar también el amor a las matemáticas, porque nos disciplina a calcular siempre el costo/beneficio (material, espiritual, personal) de todas nuestras acciones, haciéndonos más responsables.

Hablando de educación, preguntamos a los diputados que, SIN ANÁLISIS ALGUNO, respaldaron de cabeza la idea del Presidente electo sobre reorientar un crédito concedido a la Asamblea Legislativa: ¿no pidieron información sobre cómo, con dieciséis millones se pueden construir 50 escuelas y 14 bibliotecas, mientras solo el inútil Mercado Cuscatlán costó $25 millones? Por favor, diputados, dennos respuestas.

Empresaria