52 Ecuaciones. Reflexión final

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16 February 2019

Durante casi un año, desde enero de 2018, El Diario de Hoy tuvo a bien abrir un espacio para hablar de un tema bastante extraño en su sección editorial: matemáticas. En contraste con los comunes temas de política, economía o seguridad, el objetivo era exponer cada domingo, durante las 52 semanas del año, una ecuación importante en las ciencias o las matemáticas puras. El título de la serie fue “52 ecuaciones que cambiaron el mundo” y cada uno de los artículos pretendía explicar el origen y las implicaciones que estas expresiones numéricas han tenido para la humanidad. Por encima del estricto rigor técnico, buscaba entretener al lector con una narrativa sencilla sobre la historia y el contexto en el que surgieron.

Las ecuaciones se publicaron en orden histórico, empezando desde la circunferencia (conocida desde hace 4000 años) y terminando con el Modelo Estándar de la Física Moderna (completado hace tan solo 7 años). Fue gratificante leer casi todas las semanas comentarios positivos en redes sociales sobre los temas abordados. Recibí correos de todo tipo de personas. Desde una madre que comentó que las leía a sus hijas de 9 y 12 años, un profesor en Morazán que las compartía con sus alumnos, médicos, abogados y hasta un político que las encontraba interesantes.

Llamaban la atención los “garabatos” con los que se expresan las ecuaciones. Es fácil pasar por alto que son también un tributo a las diferentes culturas han influido en la evolución de las matemáticas, pues utilizan letras griegas, hebreas, latinas y números árabes. Es bastante cautivador reflexionar en el hecho de que muchas de las ideas más profundas sobre el universo se pueden expresar con solo un puñado de estos símbolos interculturales.

¿Por qué debe ser así? Es un misterio filosófico. ¿Por qué son las matemáticas tan efectivas en describir la naturaleza? Piense por ejemplo en la Ley de Gravedad de Newton de hace más de 300 años. Su derivación estaba basada en observaciones escasas y rústicas. Sin embargo tiene una precisión de más de 99.9999%. Sorprendente como es, la ecuación de la gravedad aún utiliza conceptos que son comprensibles para el sentido común, ¿pero cómo interpretar filosóficamente que la naturaleza aveces se describe con nociones que solo existen en las matemáticas?

Tome por ejemplo el número imaginario “i” que es la raíz cuadrada de -1. ¿Existe? No hay nada en la naturaleza que pueda representar ese número. No hay forma de representar “i” cantidad de manzanas. Sin embargo, describe bien fenómenos eléctricos como voltajes y corrientes alternas. Es imposible hacer las predicciones tan precisas de la física cuántica sin utilizar ese número imaginario. Si no existe, ¿cómo es que funciona tan bien para explicar lo que sí existe? Da para reflexionar mucho.

A lo largo del año se cubrieron temas diversos de matemática abstracta, economía, física, biología, estadística, ecología, genética, fútbol, astronomía y hasta política. Se mencionaron pensadores como Pitágoras, Newton, Maxwell, Riemann, Gauss, Euler, Einstein, Hawking y Poincaré, entre muchos otros. Lastimosamente no es posible cubrir toda la variedad del pensamiento humano y el producto de todo nuestro ingenio colectivo a lo largo de los siglos y milenios.

Antes de terminar, quisiera agradecer a Guillermo Miranda Cuestas, que tuvo a bien invitarme a escribir estas columnas y a EDH por concederme el espacio cada semana. Las ecuaciones quedarán siempre disponibles en el sitio web http://52ecuaciones.xyz.

Concluyo con una reflexión del gran Richard Feynman, Premio Nóbel de Física en 1965:

“Es una lástima que tenga que ser las matemáticas, y que las matemáticas sean tan difíciles para algunas personas. Se dice, y no sé si esto es cierto, que cuando uno de los reyes estaba tratando de aprender geometría de Euclides, se quejó diciendo que era muy difícil. Y Euclides le respondió: no hay atajos para la realeza hacia la geometría. Y es que no existe otro camino. Los físicos no pueden hacer la conversión a otro lenguaje. Si quieres aprender sobre la naturaleza, apreciar la naturaleza, es necesario que entiendas el lenguaje en el que ella habla. Ella ofrece su información solo en una forma y no somos tan soberbios como para demandar que ella cambie para que pongamos atención”.

Ingeniero Aeroespacial salvadoreño,

radicado en Holanda.

cornejo@52ecuaciones.xyz