La lectura, hábito transcendental para nuestra vida

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15 February 2019

Tuve la oportunidad de vivir fuera de El Salvador por algunos años. Fui bendecida con una beca y terminé siendo una inmigrante salvadoreña estudiando en Nueva York.

A finales de los 90, cada vez que iba a la universidad, me subía al metro y notaba con mucha alegría que la mayoría de personas que hacían uso del colectivo subterráneo, tenían un tesoro en sus manos. No, no se trataba de celulares o móviles. En ese tiempo no se usaban como ahora. La fortuna entre sus dedos era un libro. ¡Caramba, esta sociedad neoyorquina sí que sabía leer! Algunos leían revistas, otros el New York Times o cualquier otro periódico. Veía a estudiantes de las escuelas repasando sus cuadernos. Observaba a otros sacar su libro de su cartera o mochila. Esta gente leía libros, libros de diferente naturaleza (novelas románticas, ficción, textos académicos, thrillers, etc.). Entonces, comparaba a los neoyorquinos con los salvadoreños y me preguntaba: ¿Por qué no veo el hábito de lectura en mi país? Dieciocho años después, todavía me hago la misma pregunta.

No puedo proseguir sin compartir algunos datos: Según la “Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales del año 2013”, publicada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), el 44 % de la población salvadoreña no lee nunca o casi nunca. Es decir, casi la mitad de la población salvadoreña no lee ni siquiera el periódico.

Manlio Argueta, Director de la Biblioteca Nacional, nos comenta: “Los jóvenes buscan divertimientos, no buscan una lectura para reflexionar, lecturas que enaltezcan lo que ellos piensen... no se meten a pabellones oscuros de lecturas profundas y difíciles de entender y comprender. Tenemos una cultura de baja lectura”. Entonces, si a la población salvadoreña no le gusta leer, ¿qué se puede esperar de nosotros en términos de desarrollo cultural, educativo y económico? Una sociedad que no lee, no llega muy lejos.

Hoy por hoy, en El Salvador, la cultura del “smartphone” se ha arraigado muchísimo. Si bien es cierto a través del celular, se puede acceder a cualquier artículo o libro o datos científicos, la mayoría de mis compatriotas no utiliza su móvil o celular para leer libros, sino que para comunicarse (ya sea a nivel personal o empresarial), para redes sociales o para ver videos. Predomina la cultura de enviar mensajes de texto o de voz, tuitear o fisgonear, especialmente entre los jóvenes. Muy pocos lo utilizan para leer libros. Sin embargo, es comprensible. Es muy difícil devorarse un libro en un smartphone. En mi caso personal, lo he experimentado con mis propios ojos: Es agotador y estresante asimilar textos en un smartphone o un tablet pequeño. Personalmente, no recomiendo leer libros así. Es previsible que, en el futuro, habrá un aumento en problemas oculares por el uso indebido del smartphone. En consecuencia, los libros impresos y las bibliotecas no pueden ser reemplazados.

Causa una zozobra y un gran dolor que nuestra nación no haya logrado aquilatar el hábito de la lectura de libros a través del sistema educativo. Según Joseph Badaracco, profesor de ética, estrategia y negocios de la Universidad de Harvard, el uso de la literatura es decisivo para desarrollar las capacidades y competencias de liderazgo. Badaracco utiliza la literatura para ayudar a sus estudiantes a potenciar el entendimiento y la práctica de la reflexión. La toma de decisiones se hace más fácil en aquellas personas que leen para aprender a reflexionar. ¿Qué es reflexionar? Muchos dirán que es darle vueltas en la cabeza a una situación, o pensárselo mucho. Para mí, la reflexión es el hábito base de la sabiduría. Cuando leemos, perfeccionamos nuestro cerebro. La literatura nos entrega historias sobre otros personajes en contextos diversos. Además, a través de la lectura, ejercitamos la posibilidad de ser reflexivos. La reflexión no es un talento automático, se requiere tiempo para desarrollarla en nuestra manera de vivir. Y la lectura nos ayuda extraordinariamente para entrenar nuestra mente a hacerlo.

MBA-MEng CEO-Fundadora de

Eleonora Escalante Strategy.

www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com