Siempre existen grandes tesoros que muchos no pueden ver. Uno de ellos lo forman los atractivos de muchos árboles que además de brindar madera, leña u otros, proporcionan una floración abundante y vistosa.
Así hay especies de árboles que a la protección de mantos acuíferos, protección ante el cambio climático, brindan belleza a cualquier sitio.
Una de las mayores riquezas que la naturaleza brinda a los salvadoreños, es la biodiversidad existente en el trópico y especialmente las múltiples especies de la flora consideradas como nativas o perfectamente adaptadas a las condiciones ambientales.
El maquilishuat
Es el árbol nacional de El Salvador, florece entre enero y marzo. Sus flores pueden ser de color morado, rosado y blanco y genera una enorme cantidad de estas.
Es considerado uno de los arboles paisajísticos más impresionantes de la flora tropical, su madera es muy apreciada por su color, textura y trabajabilidad.
Para optimizar un cultivar de maquilishuat con fines de producir madera industrial, se debe sembrar a una distancia de 2 m al bolillo, para forzarlo a crecer rápido y evitar que se bifurque a una pequeña altura. Se realizan raleos a los cuatro ó cinco años.
Si se quiere para decorar, se siembra a distancias de 3 metros ó más, con lo que se y facilita su ramificación a baja altura, lo que permite su espectacular floración, que fácilmente se impone en su entorno.
Por su estructura de ramificación y radicular es excelente para capturar agua lluvia y distribuirla al subsuelo.
Madrecacao
Florece en los meses de diciembre, enero, febrero, marzo y abril, con gajos de flores morado tierno y rosado; que además de brindar atractivo, es una excelente melífera.
El nombre proviene del aprovechamiento que de él hacían los precolombinos que lo usaban para dar sombra a los cultivares de cacao.
Además brinda nitrógeno y protege de la taltuza y las corrientes de aire. Su madera, cuando el ejemplar es adulto, es excelente por su consistencia, color brillante rosado a tornasol, resistente a la intemperie y a las termitas, muy utilizado en durmientes y postes de cercos, ramadas y ranchos.
También es considerado un prototipo de planta forrajera, porque da hasta el 22% de proteína en crudo.
Soporta las podas radicales y el fuego moderado. Se adapta casi a todo terreno.
La llama del bosque
Es un árbol tropical paisajístico, que brinda enormes flores en forma de copa, de color rojo – anaranjado que contrastan con el follaje intensamente verde.
Es perennifolio y de floración continua todo el año, por lo que es muy recomendable para proteger cuencas de fuentes de agua. Además se puede manejar bajo poda en parques y zonas verdes.
Es de crecimiento rápido y fácil de trasplantar en altura 3 a 4 mts, recomendable sembrarlo en bosques caducifolios que son la mayoría de franjas costeras.
Magnolio tibetano
Es un árbol perennifolio de flores aromáticas que produce todo el año.
Su raíz es vertical por lo que es viable sembrarlo en arriates y espacios pequeños, soporta podas caprichosas, para darle forma y altura que deseemos. Permite trasplantarlo relativamente grande y su mayor bondad es el agradable aroma que generan sus flores de color amarillo, que brinda en abundancia.