¿Haciendo historia?

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14 February 2019

"Hagamos historia" fue uno de los eslóganes usados por el ahora Presidente electo en su campaña.

Realmente en la elección logró varias cosas que serán mencionadas en la historia, tales como haber terminado con el duopolio electoral ARENA-FMLN, que había durado por tres décadas, o haber sido uno de los comicios ganados en primera vuelta (con más del 50 % de los votos, como Cristiani, Flores y Saca).

Pero las elecciones, y las cosas que pasaron en ellas, solo son pasos intermedios en la historia, habilitaciones para hacer o no cosas que realmente hagan historia en el país. Un gran triunfo electoral pierde sentido histórico sin una mejoría real y sostenible en la vida de la población.

En las condiciones de nuestro país, el verdadero quiebre histórico se daría si se sentaran las bases para generar un crecimiento alto y sostenido en el país, de tal forma que El Salvador comenzara a desarrollarse, económica y socialmente, a un ritmo que permitiera a las generaciones actuales ver un país en franco desarrollo.

Esto no se logra con trucos macroeconómicos como políticas expansivas monetarias o fiscales, que al final, ambas, terminan con inflación, endeudamientos excesivos e inestabilidad. Basta ver lo que ha pasado en Venezuela y en Nicaragua en los dos gobiernos sandinistas, para darse cuenta de que estos trucos son como las drogas, que generan dependencia y luego su propia destrucción.

Además, para generar desarrollo, no es necesario solo crear crecimiento sino también, crucialmente, transformar la economía salvadoreña de lo que es ahora, una de bajo valor agregado, a una de alto valor agregado, que se produce solo con un capital humano desarrollado —es decir, con una población altamente educada, con niveles altos de salud y gozando de seguridad ciudadana. Esto, que siempre ha sido cierto, lo es mucho más ahora, en plena expansión de la economía del conocimiento. Para lograrlo, es indispensable concentrar los recursos del Estado en un esfuerzo enorme para aumentar el capital humano de nuestra población. Es posible enfocar esta inversión en cuatro actividades que nos pongan firmemente en el camino del desarrollo. Estas actividades serían las siguientes:

Primero, invertir en la salud preventiva y la educación temprana de los niños que están naciendo ahora, que se convertirían en la primera generación ya encaminada al desarrollo. Esta inversión temprana reduce mucho los costos del paso al desarrollo porque beneficia a los niños en una etapa en donde mayor salud y mayor educación toman ventaja de la edad en la que ellos están más susceptibles de aprender para formar inteligencias y cuerpos fuertes y bien saludables.

Segundo, ir siguiendo esta generación con inversión en educación y salud de primer mundo, para que cuando entren al mercado de trabajo, puedan insertar el país en la economía mundial del conocimiento.

Tercero, invertir en educación técnica y de tercer nivel para los salvadoreños que ya están en la fuerza laboral, para que ellos puedan superarse también y aumentar el valor agregado de su producción, y con esto, los ingresos de la población.

Cuarto, invertir también fuertemente en la seguridad ciudadana, con entrenamiento a las fuerzas policiales y con fuerte desarrollo local para prevenir el crimen.

Generar los recursos para esta inversión inicial en dar un salto de calidad en el desarrollo requerirá de una política fiscal muy bien pensada, y de un empuje muy fuerte a la producción para crear los recursos necesarios, algo que puede lograrse con esfuerzos para conseguir inversión local y extranjera, y con reducciones en los costos innecesarios que la burocratización excesiva impone a las empresas. Esto requiere grandes esfuerzos pero es factible.

Lograr esto crearía historia más allá de triunfos electorales, que pueden llevar a un desencanto si no llevan a mejores políticas que al fin pongan al país en el rumbo del desarrollo. Si este desarrollo se logra, entonces sí las generaciones futuras pensarán en 2019 como una verdadera refundación de la República, no porque allí se instalaron políticos y partidos que luego duraron uno, o dos, o muchos períodos en el gobierno como Chávez y Maduro, sino porque desde este momento se comenzó a invertir en serio en incorporar al país a la economía del conocimiento, y por tanto, al desarrollo y la riqueza.

Máster en Economía

Northwestern University