¡Trabajador de Salud… para siempre!

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12 February 2019

El sistema electoral y la democracia funcionaron en El Salvador. Ya tenemos presidente electo pero mi ferviente deseo siempre permanece con los trabajadores de salud y con el huérfano gremio médico. Quiero orar al Altísimo por las justas reivindicaciones de todo el sector de trabajadores de salud, que por seguro fueron los más maltratados en la década oscura que finaliza.

Que sea respetado su escalafón; que se contraten a los médicos en las plazas de acuerdo a su formación y responsabilidad les correspondan. Que los ECOS sean historia y se ocupe a ese personal en la batalla diaria de los establecimientos de salud y no en perdidas, lejanas e inefectivas caminatas. Que Fosalud sea fortalecida por rocío de la mañana y no triste flor de una olvidada sepultura. Desaparezcan los comités de salud o en todo caso se redireccione su función y ese grupo de supervisores cual extinta Guardia Nacional, atormentaron a médicos, técnicos y enfermeras con sobre exigencias y maltratos. Los bajos salarios no existan más y se haga una nivelación digna en todo el sector. Se mejoren las pensiones y los sistemas de incentivos para todos aquellos que se esfuerzan y sobre esfuerzan en la atención directa a los pacientes. Elimínese de una vez la burocracia asfixiante que funcionó como sistema de control social, que impuso que “el vecino fuera tu cuchillo”. No vuelva nunca más a este país, esa pesadilla hipócrita de doble moral, que aman la pobreza ajena pero que aspiran la riqueza para sí.

En los hospitales de la red pública se contrate al personal suficiente para atender con calidad a nuestro pueblo, que los medicamentos e insumos no falten nunca y la tecnología sea moderna y renovada. No se permita jamás nunca, que un médico que no sea especialista se vea forzado a atender enfermos y enfermedades que corresponden a un especialista. Elimínense de una vez y para siempre, los privilegios de los “calienta silla”: ese grupúsculo bien conocido de “supervisores y jefaturas de los SIBASIS y los del nivel central, que se recetaron salarios ofensivamente altos, al tiempo que fungieron como capataces en contra de quienes tienen trato directo con los enfermos ¡Que bajen a dar consultas y atender salvadoreños!

Jamás nunca vuelva a ocurrir en este país la represión feroz en contra de quienes protestaron por su causa justa, a quienes se les impuso descuentos y se amenazó con destituciones. Que un médico joven llegue tan lejos como su capacidad le permita. Desaparezca para siempre la fiera que, bajo el ideal de revolución y justicia social, buscó para sus líderes la riqueza y el poder, olvidando rápidamente sus ideales y corrieron prestos a tomar el látigo, refiriéndose a los trabajadores como haraganes y profiriéndoles insultos que no se pueden transcribir aquí. Protéjase al gremio médico del abuso del derecho; encuéntrese un entendimiento entre pacientes y galenos y esa hermosa relación entre el médico y el paciente vuelva a cobrar vitalidad y confianza.

¡Viva la meritocracia! Queremos ver a los mejores (sin distinción partidaria) ocupando las posiciones estratégicas, pues de ellos dependerá el desarrollo de cualquier plan, incluso de uno genial, ya que sin ellos, ni la más fina estrategia puede ser llevada a cabo. Finalice el nepotismo descarado con que vivimos esta década. Que no sean más los hijos de funcionarios privilegiados quienes gocen estudiando posgrados fuera del país, e incluso fungiendo como embajadores siendo apenas bachilleres. Termine este asco repugnante de proclamar porque viva la pobreza, el socialismo, por la lucha de clases, mientras los dirigentes viven como ricos y tienen a sus hijos en países capitalistas con privilegios que no les corresponden. Los mejores profesionales entonces, los más capaces, los de mejor trayectoria, mejor pensum de vida, los mejore médicos, enfermeras, técnicos, anestesistas, se coloquen en posiciones de decisión. Termine de una vez, la mediocre–cracia, que caracterizó a este gobierno moribundo, y que funcionó como clavos de su propio ataúd.

No decepcione a los que votaron por usted dejando los mismos personajes en las supervisiones y jefaturas, ya que estos hoy se proclaman ser de nuevas ideas cuando son viejos rostros conocidos, con malas mañas y malos tratos. Solo en este momento este país tiene más de 8,000 médicos que estudiaron y se graduaron aquí en El Salvador esperando una oportunidad. Ojalá para ellos sea una de sus muchas Nuevas Ideas.

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