Suiza es el primer país de Europa en reconocer derechos laborales de los bicimensajeros

Uno de las aspectos más destacables del convenio es la fijación de un mínimo salarial para estos mensajeros.

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Los mensajeros en Suiza tendrán ahora un salario mínimo y mejores condiciones laborales. Foto EDH/ Shutterstock

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05 February 2019

Sindicatos y empleadores alcanzaron este martes un acuerdo en Suiza para proteger los derechos laborales de los mensajeros en bicicleta, un sector en ascenso en todo el mundo pero en el que rigen condiciones precarias con la llegada a él de las multinacionales y su utilización mediante aplicaciones en línea.

El acuerdo colectivo, pionero para el sector en toda Europa, se aplicará a partir del 1 de mayo y beneficiará inicialmente a 600 bicimensajeros en Suiza, aunque los promotores del pacto esperan elevar este número a 2,000 trabajadores a medio plazo.

Uno de las aspectos más destacables del convenio es la fijación de un mínimo salarial para estos mensajeros, diferente según el cantón suizo pero que en líneas generales permitirá que al menos un 60 por cien de los repartidores en bicicleta del país tengan unos ingresos anuales equivalentes a entre 39,000 y 43,000 euros.

Válido por un periodo indefinido, el convenio también otorga a los trabajadores suplementos salariales en caso de trabajar los domingos, así como protecciones en caso de baja por enfermedad o por paternidad o maternidad, informó la televisión pública suiza RTS.

Por ahora el acuerdo se aplicará a las empresas del sector integradas en la asociación Swissmessengerlogistic (SML) y no beneficiará aún a los mensajeros que trabajan para plataformas por internet, aunque los firmantes del convenio esperan que se extienda a todo el sector de forma obligatoria.

La industria de la mensajería ha registrado un amplio desarrollo global en las últimas tres décadas, aún más acelerado a raíz de la eclosión de las compras por internet.

Desde hace unos años esto ha venido acompañado de servicios en los que cualquier persona puede ofrecerse a llevar a cabo envíos a cambio de remuneraciones individuales, un sistema que ha abaratado costes para las empresas, pero que a la vez ha aumentado la precariedad del sector.