Faltan pocos días para las elecciones presidenciales. Sin embargo, un porcentaje significativo de los salvadoreños aún no define su preferencia. Sin duda, esto tiene a su base diferentes factores, pero la influencia de las campañas virtuales de desinformación es indiscutible. Parte importante de la ciudadanía sustituyó la racionalidad por las emociones para discriminar entre los candidatos. Una alternativa objetiva a la que pueden recurrir los indecisos es revisar los planes de gobierno.
Algunas personas restan importancia a los planes de gobierno que se presentan durante las campañas electorales. Argumentan que los candidatos siempre los han visto como un requisito que se tiene que cumplir y no como el documento que proveerá las líneas de trabajo para su gestión. No estoy de acuerdo con esa postura. En mi opinión, independientemente de la importancia que los candidatos le adjudiquen al plan de gobierno, la calidad del documento deja entrever rasgos importantes de su posible gestión.
Los candidatos pueden delegar la responsabilidad de elaborar el plan de gobierno en distintos tipos de personas. Los más inteligentes y previsores pueden aprovechar la oportunidad para acercarse a expertos en las distintas áreas. Otros pueden decidir delegar la tarea a personas de su confianza que carecen de las credenciales o preparación necesarias. La decisión que tomen los candidatos revela varias cosas sobre la forma en que gobernará, principalmente si su equipo de trabajo estará formado por expertos, técnicos y profesionales, o amigos y personas con las que comparte alguna afinidad.
La calidad del plan de gobierno que presenta el candidato refleja su selección. Los documentos elaborados por personas de confianza, pero sin preparación o trayectoria profesional, lógicamente serán de baja calidad. Similarmente, si se decide delegar la responsabilidad en profesionales en la materia sin la trayectoria o experiencia, el plan de gobierno resultante también será de baja calidad. En ambos casos, la calidad de los planes de gobierno sugiere que el candidato no tiene acceso a los mejores profesionales o que no está interesado en tenerlo. Los planes de gobierno de alta calidad, por otro, sugieren que el candidato tiene la capacidad de convocar y escuchar a los mejores profesionales en las diferentes áreas.
Los planes de gobierno presentados por las diferentes fórmulas presidenciales varían en términos de calidad, enfoque, detalle y organización. El plan de gobierno presentado por GANA recibió muchas críticas por contener párrafos enteros copiados íntegros de otras fuentes. Definitivamente las personas en que se delegó la elaboración del documento no son los mejores profesionales. Copiar y pegar párrafos completos indica que no poseen la trayectoria, criterio y conocimiento técnico necesario. Ningún experto o profesional respetable está dispuesto a poner en duda su reputación copiando íntegras las ideas de otros.
Los planes de gobierno presentados por los candidatos del FMLN y de la Alianza por un Nuevo País no tienen ese problema. Aunque ambos tienen limitaciones, los dos presentan propuestas basadas en una lectura propia del país. La calidad del documento presentado por la Alianza por un Nuevo País, no obstante, es notablemente superior en varios aspectos. Es evidente, por ejemplo, que las propuestas son el resultado de un análisis técnico escalonado, el cual se refleja en su estructura y organización. Las propuestas presentan una congruencia técnica entre diagnósticos sectoriales y nacionales del que carece el plan presentado por el FMLN. La visión técnica en cada rubro está clara mientras que en el documento del partido oficial existen rasgos del dominio de la visión ideológica que empaña lo técnico.
Es importante que los indecisos revisen los planes de gobierno para que puedan tomar una decisión informada el próximo fin de semana.
Criminólogo
@_carlos_ponce