El reciente programa de televisión “Debate Presidencial 2019”, patrocinado por Asder y Auprides, contenía variados detalles dignos de análisis. Sin embargo, en esta oportunidad, nos detendremos en un tema puntual del debate: Lo que “comunicó” con su vestuario, la periodista y presentadora de televisión, Glenda Umaña, costarricense, graduada en comunicación y durante mucho tiempo titular destacada de diversos noticieros en CNN en Español.
Dada la tendencia en el vestuario de las presentadoras y periodistas de televisión de nuestro país fue llamativo ver a la señora Umaña, con un traje sastre de tres piezas, de manga larga, de cuello redondo con una abertura vertical estrecha que deja trabajo a la imaginación, aretes y collar discretos. Inclusive, en otras apariciones públicas que ella realizó aquí, en relación al debate, se vistió de acuerdo con las características anteriores.
Nos dice Protocolo.org (Protocolo y Etiqueta, Portal de Cronis Online) que “tanto para los directos como para las apariciones en video, la corrección y la moderación en el vestuario son obligadas. Un escote pronunciado, una camisa mal abotonada o una indumentaria vanguardista chocan al espectador medio, que se distrae de la información e incluso puede menoscabarla”.
A pesar que las normas de etiqueta se han relajado en la actualidad, manifiestan los expertos que no hay excusa para no cumplirlas cuando el sentido común o el protocolo fijado por el anfitrión lo establezcan.
Asimismo, en el interior de un set de televisión, la etiqueta establece que por norma, los hombres se deben mostrar con saco y corbata, mientras que las mujeres, adecuarán su vestuario a la ocasión, siempre y cuando no sea “atrevido”.
Expresa Protocolo.org, al igual que lo vimos en la señora Umaña, que las ropas atrevidas no son aceptables en un espacio cerrado de televisión, pues solo “caben en los formatos específicos, dirigidos a un público también específico, habitualmente ajenos al periodismo convencional”.
Las presentadoras de televisión transmiten con las palabras, pero también con sus movimientos corporales y gestos (lenguaje corporal); no obstante, además, comunican con su imagen: Desde el maquillaje hasta la ropa.
La imagen comunica. Por su parte, Lara Siscar, presentadora de informativos del Canal 24 horas de TVE de España, asegura que “la indumentaria es parte del mensaje en una proporción menor al lenguaje gestual” y Helena Resano, otra periodista española, dice que “intento no distraer con la ropa. Que el espectador esté atento a lo que estoy contando… a los videos, y no a cómo voy vestida ese día”.
Se coincide con otros expertos en el tema en que el vestuario ayuda a dar credibilidad a la noticia que expresa la presentadora, ayudándolas, de igual manera, a destacar por su profesionalidad y su nivel educativo. Los escotes pronunciados, los estampados exagerados, los brillos, las minifaldas, los adornos o bisutería llamativa y de gran tamaño y la ropa demasiado ajustada, restan prestigio y crédito al contenido del mensaje de las presentadoras.
El trabajo de Glenda Umaña, en su conjunto, tomando en cuenta todos los detalles, ha sido una oportunidad de conocimiento profesional para todas las mujeres salvadoreñas que vieron el debate y desean llegar a ser presentadoras y periodistas de alto nivel.
Médica, Nutrióloga y Abogada
Mirellawollants2014@gmail.com