Más empresas invierten en innovación, pero sin apoyo estatal

Fusades recomienda al próximo gobierno crear un consejo de competitividad que impulse a las empresas.

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Las empresas están invirtiendo en innovación para mejorar sus procesos de producción. Sin embargo, no hay incentivos o ayuda estatal.

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27 January 2019

Más empresas salvadoreñas están invirtiendo en innovación, pero todas lo han hecho con fondos propios y sin ningún incentivo estatal, según la última Encuesta de Competitividad Empresarial realizada por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) en la que se entrevistó a más de 400 propietarios y gerentes.

De acuerdo con los datos, en 2017 el 60% de las empresas encuestadas asegura que realizó alguna inversión para mejorar sus procesos de producción y ser más competitivos frente a otras compañías. Sin embargo, el 90% de ellas lo hizo con fondos propios, mientras que los fondos públicos fueron casi nulos.

Para el investigador del departamento económico de Fusades, Pedro Argumedo, este dato evidencia una clara desatención del Gobierno en mejorar la competitividad del país, en un mundo globalizado que cada vez exige más mecanismos de ahorro de costos y nuevos procesos de producción a través de la tecnología.

“No nos estamos preparando para ser más eficientes. Nos hemos conformado como país”, afirma el investigador, que participó en la elaboración de la encuesta. “Los apoyos públicos son casi inexistentes”, agregó.

Y aunque hay instancias gubernamentales para promover la competitividad empresarial, las empresas encuestadas no recibieron apoyo de éstas. Instituciones como Fondepro y Conamype (del Ministerio de Economía) así como Bandesal, no son reconocidas por las empresas como un apoyo para lograr mayor eficiencia.

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“La entidad que más capacita es Insaforp, que ayuda mucho en capital humano”, dijo Argumedo.

Y el divorcio no solo es con el Estado. Fusades también señala que las empresas están alejadas de las instituciones educativas, que en otros países, son una pieza fundamental para capacitar a su gente.

En los resultados de la encuesta, a más de 400 empresas, el 62% recibieron capacitación a través de Insaforp (Instituto Salvadoreño de Formación Profesional), el 55% de las empresas hizo capacitaciones por ella misma, el 30% buscó a consultores privados, otro 10% lo hizo con Fepade (Fundación Empresarial para el Desarrollo) y otro 10%, a través de universidades.

Todo esto ha mermado las proyecciones de exportación pues el 30% de ellas afirma que uno de sus grandes problemas para enviar productos al exterior es el alto costo de producción.

Y afuera, la competencia es dura. Según los datos de la encuesta, en 2017 un 9% de las empresas consultadas dejaron de exportar. Al preguntarles las razones, un 28% señaló que era por la competencia de precios internacionales.

La delincuencia, los costos de la energía y los trámites complicados y costosos también fueron factores que incidieron en la reducción de las ventas al exterior.

Y Proesa, la Oficina promotora de exportaciones y e inversiones en El Salvador tampoco ha ayudado a mejorar esa competitividad.

Por esa razón, Argumedo cree que es necesario que el próximo gobierno englobe todos estos factores en un Consejo de Competitividad 4.0 que elabore una estrategia definida para incrementar la competitividad nacional.