Esta será la noticia del próximo 4 de febrero:
¡El Salvador está feliz! Ha recuperado la esperanza de volver a brillar después de 10 años de letargo. En 27 años desde la firma de la paz, El Salvador ha madurado y permitido la alternancia política a través del voto. Hemos tenido 4 gobiernos de derecha, 2 de izquierda y hoy nuevamente de derecha. Un proceso que fue necesario para aprender y valorar la democracia y las diferentes formas de gobernar.
El triunfo de Carlos y Carmen Aída, sin duda alguna la mejor fórmula, siempre fue obvio pues bastaba analizar los números, y ver que no ayudaban a los otros candidatos. Las siguientes son las razones por las cuales era evidente su victoria:
1. La participación era de aproximadamente 2,800,000 votos válidos, lo cual significa que para ganar en primera vuelta se necesitaba sacar 1,400,001 votos.
2. En la elección anterior a esta, GANA sacó 243,267 por lo cual necesitaba 1,156,734 votos más o crecer el 575.5 % para haber ganado en primera vuelta.
En contraste ARENA, PCN, y PDC obtuvo 1,242,502 en las pasadas elecciones legislativas, por lo que bastaba un incremento de 157,499 votos o crecer 12.6 % para que la coalición, que hoy incluye también a DS, ganara en primera vuelta.
Era evidente que subir 12.6 % es razonable, pero 575.5 % es imposible.
3. El FMLN obtuvo en su peor momento 568,707 votos, más del doble de GANA.
4. La apuesta de GANA eran principalmente los jóvenes, pero de 100,000 jóvenes que calificaban para tener DUI por primera vez antes del cierre del padrón electoral, menos del 5% asistió a tramitarlo.
5. La territorialidad es clave por razones logísticas para ganar. Actualmente GANA solo tiene el 10 % de las alcaldías del país, en contraste con ARENA y FMLN que tienen amplia cobertura.
6. El pasado limpio y sin trayectoria política le brindó a Carlos y Carmen Aída la ventaja para el triunfo. En cambio, el candidato del FMLN resultó afectado por la incapacidad de gobernar de su partido; el candidato de GANA no cumplió las expectativas, ya que si llenara una hoja de vida el mayor espacio lo ocuparían sin duda alguna las múltiples demandas que tiene en su haber (por cierto, se presentaron como partido GANA pero el Plan de Gobierno es de Nuevas Ideas, aunque en la realidad el Plan resultó ser plagio de otras fuentes); y VAMOS era muy nuevo en política.
El triunfo abrumador y de manera transparente de Carlos y Carmen Aída era necesario para disipar toda duda sobre la fuerza de los otros candidatos. Personalmente, siempre quise que participara el candidato que tanta polémica generó, pues estaba seguro que llegada la verdadera encuesta el 3 de febrero, su derrota sería evidente. No había lógica alguna en los números y consideré imposible ganar una elección a base de likes, sin salir a escuchar y conocer los problemas, necesidades, ilusiones, y esperanzas de nuestros hermanos salvadoreños. El auténtico contacto humano sigue y seguirá siendo clave.
Yo estoy seguro de que la nueva fórmula pondrá a nuestro querido país en el rumbo correcto que tanto necesita en el plano social, económico, educativo, salud, seguridad y fiscal. Pero es importante entender que los nuevos dirigentes del país no pueden hacer milagros de la noche a la mañana. Si durante la campaña trabajaron arduamente, ya elegidos su trabajo será aún mayor, pero la responsabilidad no es solo de ellos sino de todos los salvadoreños. Seamos exigentes, pero brindemos nuestro apoyo y trabajo. Confiemos en ellos, en el país y en nuestra gente. Busquemos crear oportunidades para que nuestro país vuelva a ser ejemplo.
Nuevamente me siento feliz por El Salvador porque ha vuelto a nacer la esperanza de paz, progreso y libertad.
Empresario con Licenciatura
Finanzas y Mercadeo