Cuando algo empieza con mentiras y manipulaciones, lo lógico es que termine mal!… Y así fue... ¡Terminó mal!…
“Mi gobierno será una meritocracia”, aseveró el expresidente con ya varias acusaciones y órdenes de captura… Y como las investigaciones continúan, se siguen conociendo historias ligadas a los malos manejos de su tiempo en el gobierno.
Pues a una semana de la decisión más importante para los próximos cinco años, debiéramos evitar volver a caer en las manipulaciones de última hora, como eslóganes que se oyen bien pero sin un contenido claro… Pocos días antes de esas elecciones a alguien se le ocurrió lo de la “fábrica de empleos”… Aunque gramaticalmente la frase no es correcta, porque un empleo no se fabrica, sino que se crea, sonó bien y muchos se lo creyeron… Y la verdad es que se “fabricaron”, dicen que 45,000 empleos en el gobierno, que no generan valor sino costos y por los cuales el Ministerio de Hacienda no recibe de las empresas los impuestos correspondientes al valor agregado que generarían, si con otras políticas de creación de empleos, en lugar de en el gobierno, se hubieran creado en las industrias de fabricación de productos y de servicios.
El Salvador y los salvadoreños necesitamos quinientos mil empleos nuevos para los adultos desempleados y los jóvenes que se gradúan todos los años en las escuelas técnicas y las universidades.
Una persona sin trabajo o con trabajo y cobrando el sueldo mínimo porque la economía está estancada, es lógico que tenga baja su auto estima y si son millones, es el país el que tiene baja su autoestima, y de ahí, una de las razones por las cuales muchos se quieren ir a Estados Unidos, Europa o Australia.
Emitir el voto es un derecho y una obligación que constitucionalmente nos corresponde a cada salvadoreño, incluidos los que viven en otros países. Y en nuestra democracia gobernará a quien la mayoría, Dios quiera, con sus cinco sentidos, le otorgue su confianza.
Lo que me gustaría oír del candidato que siente que va a ser el próximo presidente es que exprese públicamente: “Juro y me comprometo que no robaré y no permitiré que nadie en mi gobierno robe el dinero de los salvadoreños”… Con este claro compromiso puede ser que los indecisos, que son muchos, encuentren una razón a quien elegir, pues el gran enojo de la mayor parte de los que aun no han decidido a quien votar, siento que es principalmente por la corrupción ligada a el robo sistemático de los dos gobiernos anteriores, descubierto por la Fiscalía.
Un aspecto importante de la calidad de vida y en la medida que esta forma parte de la felicidad de los ciudadanos en los países bien gobernados, es su “autoestima nacional”, sentirse orgullosos de su país, sentirse orgullosos de la decencia y honradez de sus gobernantes y sentir que los impuestos que pagan son bien invertidos, en beneficio de la educación, la salud y las infraestructuras, por ejemplo, un buen sistema de carreteras sin tantos baches como las que tenemos aquí; un gobierno en el que trabajen profesionales en lugar de la parentela de los altos funcionarios, donde las relaciones ciudadanos gobierno son rápidas y transparentes y el concepto “comisión” en los contratos gubernamentales desapareció.
Lo que más añoramos los empresarios, pequeños, medianos y grandes es que nuestras empresas crezcan y con esto ofrecer muchas oportunidades de trabajo… Saquemos a El Salvador del profundo bache en el que se encuentra.
Ingeniero
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