Un Guerrero de la paz y la justicia entre las naciones

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22 January 2019

En una ceremonia en el Palacio de la Paz rendimos tributo al juez José Gustavo Guerrero. Este es el lugar en el que pasó una gran parte de su vida como magistrado de dos Cortes, como Vicepresidente de dos Cortes, y como Presidente de dos Cortes: la Corte Permanente de Justicia Internacional (CPJI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

El servicio que el Dr. Guerrero prestó a los dos tribunales y a la causa de la paz y la justicia internacional no ha podido ser igualado por ningún otro magistrado de estas dos Cortes. Fue uno de los primeros juristas que se dedicó al arreglo judicial de controversias a nivel internacional, así como a sentar las bases para su cumplimiento y desarrollo con vistas a mantener la paz entre las naciones. Cuando llegó a la CPJI en 1931, la guerra todavía se consideraba un instrumento de política exterior y no estaba completamente prohibida por el Derecho Internacional. Por lo tanto, el papel del arreglo judicial de controversias estaba bastante limitado. Sin embargo, Guerrero sentó, junto a otros, las bases de lo que se ha convertido en uno de los métodos más importantes de arreglo de controversias a nivel internacional.

Fue el primer juez latinoamericano que sirvió como Presidente de la CPJI, siendo el más longevo en este puesto debido a las trágicas circunstancias de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, debido a su historia como jurista y a su calidad intelectual y de liderazgo, fue reelegido como primer Presidente de la recién establecida CIJ en 1946.

Su impresionante trayectoria como “primero en” va más lejos. Fue el primer y único juez elegido Vicepresidente después de haber servido como Presidente de la CIJ. También fue el primer Vicepresidente elegido dos veces para tal cargo.

Este récord excepcional y sin precedentes se debió no solo a su contribución desde el punto de vista intelectual, sino a su integridad, sobresaliente cualidad de liderazgo y su excepcional capacidad para aunar a los miembros de la Corte.

El juez Guerrero también será recordado como el arquitecto de un sistema único para la elección de los jueces de la CIJ. En 1952, durante una sesión del Instituto de Derecho Internacional en Siena, redactó la resolución sobre la “Composición de la Corte Internacional de Justicia”. En su calidad de ponente recomendó la adopción de dos mejoras relativas a la elección de los miembros de la Corte: primero, separar el proceso de elección de otros órganos de las Naciones Unidas; y segundo, que no hubiera comunicación entre el Consejo de Seguridad y la Asamblea General en el momento de ejercer el voto simultáneo. Estas propuestas han formado parte del sistema de votación tanto de la Asamblea como del Consejo, contribuyendo a reforzar la integridad y la independencia de la Corte y de su trabajo.

Para la Corte es un orgullo tener a este pionero de la justicia internacional como primer Presidente y mantener su memoria viva para las generaciones venideras.

Sí, un Guerrero, como su nombre indica, pero un guerrero de la paz y la justicia entre naciones; no el otro tipo de guerrero que deja una estela de destrucción y de devastación.

El Salvador y sus famosos hijos han estado de actualidad en los últimos días. Primero Romero en Roma, y Guerrero en La Haya. Aunque seamos la Corte Mundial no tenemos el poder de canonizar, como el Papa Francisco hizo con otro destacado hijo de El Salvador, el arzobispo Óscar Romero. Pero indudablemente, el Dr. Guerrero, como último Presidente de la CPJI y primer Presidente de la CIJ, será siempre recordado como un icono de la justicia internacional y una figura pionera del arreglo judicial de controversias entre naciones. Por lo tanto lo podemos describir como un santo secular.

Presidente de la Corte

Internacional de Justicia,

Tribunal de la ONU con

sede en La Haya, Holanda.