La sociedad salvadoreña se enfrenta en unas semanas a uno de sus desafíos más importantes desde la firma de los Acuerdos de Paz. Entre aciertos y desaciertos, alternancia en el poder, desintegración social y un número importante de altos funcionarios procesados o señalados por actos de corrupción, los treinta años transcurridos han colocado a la población en una verdadera encrucijada, una sensación de frustración y desaliento que diversos analistas han calificado como inseguridad, desesperación, falta de claridad, desconfianza, temor o incertidumbre.
No cabe duda de que muchos de esos calificativos coinciden en el sentimiento generalizado de la población y que las autoridades con sus actuaciones no contribuyen a resolver. La población debe, por lo tanto, reflexionar y no dejarse arrastrar por el desánimo, so pena de lamentarlo después como nos pasó a muchos en el pasado reciente.
Hay un importante número de personas que tienen dudas y aún no deciden por quién votar. Paradójicamente ese importante conglomerado de personas identificados como los indecisos, estamos seguros de que son los que van a definir, en última instancia los resultados.
Un triunfo contundente daría credibilidad y fuerza moral al Órgano Ejecutivo democrático en su relación con los otros Órganos del Estado. Las encuestas recientemente publicadas señalan un camino, los resultados históricos señalan otro camino y la confrontación motivada por el temor y la incertidumbre mantienen un ambiente de intranquilidad generalizada. Lo que está claro es que cómo ha sucedido en el pasado, cuando la población se vuelca a las calles, sea motivada por la necesidad de garantizar su estabilidad, seguridad y desarrollo o por el temor a perder su libertad y seguridad familiar, es capaz de inclinar la balanza y definir resultados.
Es por ello que instamos al voto efectivo, al voto inteligente, no votar es un acto de desinterés peligroso porque otros decidirán el futuro, votar por una opción equivocada puede comprometer y destruir el futuro de todos, pero votar de manera consciente e inteligente hará que el voto sea útil y efectivo. Todos los partidos cuentan con miembros que han cometido errores. Ese es el costo de la democracia; castiguemos a esas personas negándoles el voto pero protejamos el sistema y démosle nuestro respaldo a quien nos genere mayor confianza. El futuro está en nuestras manos, construyámoslo juntos y vamos a votar masivamente en forma inteligente por un futuro mejor, por nuestra familia y por El Salvador.
Presidente de Concertación Democrática Nacional.