La cercanía con la gente debe ser permanente

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12 January 2019

Es interesante y muy emotivo observar cómo al encontrarnos frente a periodos electorales, los candidatos y por ende sus partidos políticos hacen una campaña electoral con esmero y dedicación. Se acercan a la gente, les reparten medicinas, víveres, abrazan a las personas, les estrechan su mano, comen donde sea, juegan con los niños que encuentran en las calles. Hacen cualquier cosa para demostrar que están cerca de la población.

Se esfuerzan por recibir el apoyo de las personas que los siguen, lo que les llena de orgullo y satisfacción. Las personas que les acompañan se ven felices, conformes, satisfechas y llamadas a inclinarse a ese candidato o por su partido; los ovacionan, cantan sus himnos, todo es fiesta y cada partido por su parte, se muestra satisfecho, sin dejar de lado la publicidad de sus logros con la comunidad.

Sin embargo, cuando llegan las elecciones y sobre todo cuando ya se toma posesión en los cargos, toda esa cercanía que se tuvo con la gente, se evapora; es como el cuento de la Cenicienta con el príncipe: al llegar las 12 de la noche se pierde el encanto y todo vuelve a la realidad, todo sigue igual.

No me refiero a que continúen haciendo campaña, sino de conservar la cercanía con la gente, realizar visitas de campo a las diferentes comunidades, a lo largo y ancho del país, para conocer sus necesidades, sus condiciones de vida, llegar hasta los lugares más vulnerables en el país; visitar hospitales, para evaluar las condiciones reales de los pacientes, médicos, enfermeras, entre otras; visitar las cárceles, para evaluar las condiciones de los presos, sus instalaciones e implementar mecanismos de apoyo; periódicamente hacer un trabajo de campo.

Es indignante que aún existan comunidades que no cuentan con el servicio de agua potable, escuelas, unidades de salud, transporte colectivo, que viven en condiciones infrahumanas.

Realicen una labor más investigativa, no se concentren solo en lo que está a la vista. Si todos los partidos en general, cual fuera su ideología política e independientemente cuál ganará las próximas elecciones, trabajara por el bienestar de la población como lo predican en sus campañas, unificando esfuerzos con el partido que se encuentre en el poder, todo sería diferente y las soluciones se dieran de una mejor manera, no buscando confrontación, sino trabajando para un mismo fin y un mejor país.

No se les olvide que la razón de ser de cada partido es la gente que les acompaña y ha confiado en el mismo; por lo tanto, no se olviden de la población. No solamente para obtener un voto se acerquen a las comunidades, lleven medicinas, alimentos, piñatas, se sienten a conversar con la gente, sino cuando también gocen de sus cargos.

La capacidad de ser empático con los problemas de los demás, de solidarizarse con la gente y con los problemas que atañen al país, se llama “humanidad” que a muchos nos cuesta desarrollarla, a otros nos resulta más fácil ponerla en práctica y a otros nos es indiferente.

Si quieren ganarse el respeto de la población deben respetar a la misma, ser agradecidos y cumplirle con responsabilidad. Hagan la diferencia en la historia de este país, piensen por su gente y para su gente, que realmente la población con sus necesidades sea su motivo. Que las soluciones no sean parciales o superficiales, que sean de fondo.

Que sus planes de trabajo sean bajo realidades, no ideales. Antes de implementar nuevas leyes, revisen las que ya se tienen, póngalas en práctica. Aprendan a gobernar con amor al país, a su gente. Busquen obtener antes que el reconocimiento de organismos Internacionales, la aprobación y reconocimiento de todos los salvadoreños, que, a la larga, son los mejores evaluadores.

Licenciada en Psicología y

Máster en Diseños y aplicaciones

en Psicología y Salud