Oro, incienso y mirra

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11 January 2019

El 6 de enero se conmemora un hecho histórico que aparece en el evangelio de Mateo. Este acontecimiento se describe como el viaje realizado por Magos del Oriente que, siguiendo una estrella, llegaron a Belén, buscando al bebé Jesús para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.

La palabra Magos en el contexto de los tiempos del Nacimiento de Jesús se refiere a “sacerdotes eruditos” u hombres instruidos en la ciencia de la observación de los astros (astronomía). Estos dignatarios de alto nivel no podían movilizarse desde su lugar de origen sin llevar suficientes recursos y un séquito de personas bastante numeroso.

El evangelio de Mateo no precisa que fueran reyes ni que fueran tres (podrían ser más). Sin embargo, por los regalos ofrecidos al bebé Jesús se puede inferir que se trataba de personajes muy pudientes o adinerados de su época, que además de ser estudiados e inteligentes, eran sacerdotes procedentes probablemente del antiguo Imperio Persa o Babilonio) que examinaban las estrellas en su deseo de buscar las revelaciones de Dios.

Los sabios se fueron siguiendo una estrella muy hermosa hasta Jerusalén, y como era previsible, fueron equivocadamente a tocar la puerta del palacio del rey Herodes. Al no encontrar al Divino Niño en Jerusalén, siguieron su camino hasta Belén. “La estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos hasta que se paró sobre el lugar en que estaba Jesús. Los Magos, al ver al Niño, se postraron para adorarlo y abriendo sus cofres le ofrecieron sus regalos”.

El oro indica la riqueza real que los sabios sabían que el Niño tenía. El oro, además de su alto valor y significado de abundancia financiera, es símbolo de la auténtica dignidad y solidez de quien recibía el presente. Los Magos entregaron el más costoso regalo para un rey recién nacido.

El incienso era una sustancia aromática muy costosa que solo podía obtenerse de árboles situados en Arabia y África. El incienso se quemaba exclusivamente para uso sagrado y tenía como significado la ofrenda, la adoración y reverencia santa. Los sabios del Oriente vieron en Jesús su divinidad sacerdotal.

Finalmente, la mirra es una gomorresina fragante que se extrae de una planta cuyo origen es Arabia, Etiopía y lugares cercanos. La mirra se usaba en perfumería, medicina y para embalsamar cuerpos. La mirra es el símbolo de la unción y el sacrificio de la vida de Jesús por la gracia a todos los pueblos de la Tierra. Por lo tanto, los tres regalos ofrecidos a Jesús lo evidenciaban como Rey, como Dios y como Hombre.

He compartido la historia impresionante de los Magos y su visita a Belén, por una reflexión muy interesante. Cuando nace un Rey como Jesús, que al mismo tiempo es humano y divino, son extranjeros sabios, los primeros, que saben reconocerlo antes que nadie más de su propio pueblo.

El carácter del liderazgo de Cristo fue reconocido por foráneos que estudiaban las estrellas, una erudición integral del más alto nivel que requería años de estudios del conocimiento de matemáticas, física, investigación profunda de la naturaleza, etc. Además, los sabios tenían la capacidad de observación del firmamento y reconocieron inmediatamente cuando apareció la estrella nueva y única de Cristo Jesús en Belén. Estaban tan seguros de sus conocimientos y sapiencia, que emprendieron una marcha contra viento y desiertos para ir a buscarlo, encontrarlo, adorarlo y ofrecerle los regalos del significado magnánimo de su existencia: el oro, el incienso y la mirra.

CEO-Fundadora de Eleonora Escalante Strategy

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