Pares que suman

descripción de la imagen

Por

05 January 2019

"La astilla, para que zoque, debe ser del mismo palo", es un refrán popular pero que en la práctica y en las intervenciones sociales tiene mucho impacto. La Metodología de Pares y en el campo académico llamado Aprendizaje entre Pares supone el trabajo colaborativo de equipos de participantes que están en la misma condición o ejercen roles similares pero que desarrollan la capacidad de retroalimentarse entre sí.

En términos prácticos, puedo citar varios ejemplos: la Fundación Unión Coral Salvadoreña es una comunidad de niños corales que además de cantar profesionalmente son multidisciplinarios y con la habilidad de tocar diferentes instrumentos; este además de contar con miembros de zonas urbanas también interactúan con niños indígenas de Cuisnahuat en Sonsonate, les ocupa el canto, y más que un intercambio de experiencias en un proceso constante de aprendizaje, retroalimentación y caminar juntos. FUCORAL muestra un rostro integrado y con alta disciplina en cada una de sus presentaciones, cuyo repertorio lo constituye música sacra, canto ecológico, en náhuat y en inglés, pero “tras bambalinas” y desde hace varios años está la Metodología de Pares que cada sábado se pone de manifiesto en sus ensayos y que les ha servido para desarrollarse mediante la música y rescatar la lengua náhuat como identidad. Metodología que no solo aplica e integra a los niños que participan sino también a sus responsables.

FUCORAL tiene en su haber centenares de presentaciones y no deja sorprender la disciplina musical de estos niños urbanos y rurales y que están entre los 7 y los 18 años de edad. Y desde el año pasado, niños y jóvenes de FUCORAL han participado en la enseñanza par-par de la música para niños y niñas con autismo, el resultado ha sido un laboratorio, que incluso contradice algunas afirmaciones de literatura científica del espectro autista, en cuanto a que estos niños pueden sentirse estresados por personas y actividades nuevas.

Cuando los pequeños y jóvenes con autismo han recibido de sus pares entre 9 y 15 años clases de música en compañía musical de guitarras y un violín, la aceptación y química ha sido sorprendente, a tal grado que se han producido nuevas relaciones de amistad entre ambos grupos.

Otro caso interesante es la Escuela Broches de Esperanza, un esfuerzo liderado por el pintor Melvin Gómez en Huizúcar, La Libertad, aquí una veintena de niños se reúnen en un espacio rural para recibir clases de pintura, su maestro es otro pintor que recién cumple los 18 años de edad, de nuevo, niños rurales aprendiendo de sus semejantes, los avances son notables, no solo en la técnica sino también en la confianza en sí mismos y en sus pares. Este colectivo ya promueve sus galerías en su natal Huizúcar y en otros espacios.

Entonces, la experiencia está diciendo, que las metodologías pueden ser variadas para el efectivo aprendizaje pero en la medida que éstas ponen en el centro y como protagonistas a los sujetos, en un proceso horizontal los resultados pueden ser mejores. Tanto los niños corales como los niños pintores están caminando en la confianza al otro, en la convivencia, construcción de conocimiento y a través del arte trascendiendo en la cultura de paz, mirándose como líderes y agentes de transformación positiva en sus respectivas comunidades.

Esta metodología no es aplicada a la enseñanza o a los movimientos sociales, también se aplica en la vida cotidiana, no de forma sistematizada y estructurada como en los procesos mencionados anteriormente, pero más de alguna vez nos hemos visto en la necesidad de confiar, aprender de la experiencia y vivencia de otros, llámese amistades o guías espirituales, los que en el mundo moderno se conoce como mentoría, y que ha dado lugar al desarrollo de programas especializados en esta área. Entonces, es importante en una sociedad como la nuestra o de forma individual buscar “esa astilla” que nos ayude a sumar y no a restar.

Periodista