Lulu y Nana son los nombres que recibieron las gemelas cuya novedosa concepción fue realizada por el método de manipulación biológica conocido como “edición de genes”; en otras palabras, se alteraron las partes básicas de las estructuras celulares que contienen nuestra información genética y en este caso específico se generaron dos gemelas “sanas” pero hijas de un padre que adolece de sida.
La madre de las gemelas, “Grace”, es sana. Sin embargo, con la técnica usada, en teoría lograron modificar la posibilidad de que las hijas sufrieran la temible enfermedad, aun cuando las bebés no fueron sometidas a tratamiento médico contra el sida y aun cuando el riesgo de enfermedad es mayor si la afectada es la madre.
Los rudimentos básicos de este método fueron diseñados en 1987 para ser usados inicialmente en bacterias; posteriormente en embriones en un intento de modificar el origen genético de algunas enfermedades desde el inicio de la vida; sin embargo, los resultados no habían sido favorables, por lo que su uso fue restringido mundialmente.
El especialista chino en genética, doctor He Jiankui, se adjudicó el hecho científico de la edición genética de estas gemelas, a quienes se les realizó una fertilización in-vitro. El procedimiento se llevó a cabo siendo aún un pequeño grupo de células. Con la mitad de los genes de su padre, al que han denominado “Mark”, ellas pudieron ser “modificadas” en su proceso de herencia para “transfórmalas en sanas” o no portadoras del sida.
Este anuncio fue realizado a finales de noviembre del año recién pasado. Novedosa la noticia, pues el científico antes mencionado no había realizado los permisos y aprobaciones pertinentes en la institución en la que se realizó el experimento, autorizaciones esenciales para la ejecución de un hecho de esta categoría. Asombroso también pues en estas seis semanas después de realizado el parto de las gemelas Lulu y Nana, aún no se conocen más datos científicos al respecto, lo que hace que muchos especialistas en genética pongan en duda la realidad del “evento científico” y la evolución de dichas gemelas.
Independientemente, Lulu y Nana han logrado colocar sus nombres dentro de la lista de experimentos que se generan frecuentemente, todos con la intención de modificarnos genéticamente y vivir sin enfermedades y por mayor tiempo. Lamentablemente esto no ha sido el resultado final de esos ensayos. Un recuerdo reciente es la clonación de Dolly, el primer mamífero clonado de una célula adulta y, por lo tanto, sin la participación de células paterna ni materna. Dolly (5 de julio de 1996-14 de febrero de 2003), fue la oveja clonada que terminó falleciendo a una edad más temprana que sus congéneres no clonados, pero quien además también sufrió el desarrollo enfermedades degenerativas como artritis en forma anticipada.
Las preguntas que surgen con este tipo de experimentos son no solamente múltiples sino también perturbadoras. Una de las más importantes es saber si el siguiente paso, es la creación de “bebés de diseñador”, es decir, niños nacidos con especificaciones detalladas de los padres, no solamente en cuanto a la salud, sino también al aspecto físico.
El consenso general de los estudiosos en genética es que aún falta mucho por investigar para poder realizar exitosamente este tipo de adelantos científicos.
La opinión de los especialistas en ética médica y los teólogos moralistas es que no se debe permitir a la ciencia manipular caprichosamente a los embriones, pues desde ese mismo momento de la concepción ya se ha formado una persona con todo su potencial y características.
El compromiso del público en general es mantenerse bien informado, pues este tipo de decisiones serán parte de nuestras vidas o las de nuestros descendientes, en un futuro probablemente no muy lejano.
Doctor en Teología y Medicina