Homicidio, la principal causa de muerte de los cuerpos repatriados a El Salvador

Entre 2009 y marzo de 2018, 1,248 fueron repatriados al país. La violencia, accidentes de tránsito y problemas relacionados al viaje como migrante están entre las primeras causas de muerte de quienes han sido repatriados, según Ministerio de Relaciones Exteriores.

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Foto EDH/ Menly Cortez

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02 January 2019

Una de las pocas prendas que José Moisés Mendoza llevaba consigo era una cadena con una figura de María. No llevaba mucho, ni siquiera llevaba completa la cantidad de dinero que debía pagarle a la persona que lo llevaría hasta Estados Unidos. Aun así, aparentaba confianza, se puso la cadena y le dijo a su madre:“Esta Virgen me va a llevar hasta donde tengo que llegar”.

Durante días, su madre y sus hermanas habían intentado convencerlo de que desistiera de su viaje. Que era mejor que se quedara en la casa. Pero a sus 17 años, José Moisés soñaba con los paisajes, las calles y los trabajos que su hermano mayor le describía cada vez que llamaba a casa. Su hermano le iba a ayudar a pagar el viaje hacia Estados Unidos.

José Moisés estaba convencido de que su lugar estaba allá. Que solo yéndose podría ayudar a su madre y a sus otros 11 hermanos; quienes, como él, habían sido abandonados por su padre años atrás. Se fue con la idea de “cambiar la casa”. Pero su familia aún vive ahí, al lado de un cerro, en el cantón El Chunte, del caserío Los Joveles, en Sensuntepeque, Cabañas.

Para llegar a la casa hay que tomar un camino empinado, lleno de piedras, en el que parece que alguna vez hubo un río. Para quienes no tienen vehículo, salir de la zona implica cruzar el cerro durante una hora hasta llegar a una calle polvosa por donde pasa un camión pocas veces al día.

José Moisés salió de su casa el 17 de junio de 2017. Llevaba poca ropa, su cadena y el celular con el que pasaba sus tardes oyendo música después de regresar de la milpa.

“Le decíamos que no se fuera, que aún así con pobreza se vivía, habiendo maíz, habiendo frijoles comíamos, pero él quería hacer más, quería hacer su casita, pero ya no pudo llegar”, recuerda su madre, María Filomena Rivera.

José Moisés le mandaba mensajes a su hermana a diario. El séptimo día le avisó que ya estaba frente a la frontera con Estados Unidos y ya lo iban a pasar, que ya no podría hablar con ella.

Esa fue la última vez que oyeron de él. Pasarían nueve meses para que sus restos, entre los que aún estaba la cadena, regresaran a su casa. Los detalles de lo que ocurrió aún están incompletos.

 

María solo sabe que “el coyote” abandonó a su hijo en el desierto después de que el adolescente se cansó y ya no pudo seguir caminando. Sabe que la policía logró encontrar el cuerpo pocos días después porque el mismo coyote los llamó y les avisó que ahí había un cuerpo, también les dejó el número de teléfono del hermano mayor de José Moisés. Sin embargo, el proceso de repatriación cayó en un limbo debido a problemas con la prueba de ADN. Durante esos nueve meses, María tuvo que viajar ocho veces desde el remoto cantón hasta las oficinas de Cancillería, en Antiguo Cuscatlán. También llamaban, pero les decían que aún no sabían nada.

“Teníamos desesperación de por qué no venía... Preguntábamos y nos decían que estaban investigando”, dice María.

Hasta que un día, los restos de José Moisés pudieron regresar a casa. Ahora, la esquina de una de las habitaciones está dedicada a su recuerdo. Su madre le ha hecho un pequeño altar.

Con el dolor y la ausencia, se mezcla la resignación de que al menos pudo enterrarlo. “Hay gente que nos dice, galán que le encontraron el hijo y nosotros que no supimos nada de ellos”, comenta María.

Muertes fuera del país

Entre enero de 2009 y marzo de 2018, hubo 1,248 cuerpos repatriados a El Salvador, cuyas familias recibieron algún tipo de apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores . La cifra total de cuerpos repatriados al país es mucho más alta, sin embargo, Cancillería no cuenta con el registro del resto de repatriaciones.

Sin embargo, los datos registrados por dicha institución permiten detectar cuáles son las principales causas de muerte de los salvadoreños fuera del país y las vulnerabilidades a las que se enfrentan, sobre todo los migrantes.

Los homicidios han sido la principal causa de muerte de los salvadoreños que fueron repatriados. En el período mencionado, 200 salvadoreños fueron asesinados en el exterior. De estos, 109 homicidios ocurrieron cuando la persona se encontraba en tránsito y 90 casos cuando ya se encontraba en el país de destino.

Los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte. De las 141 personas que murieron a causa de un accidente de tránsito, 106 ya estaban en el país de destino; en la mayoría de casos, Estados Unidos.

Además, hubo 60 personas que fallecieron por causas relacionadas a su viaje como migrante. Por ejemplo, inclemencias del tiempo o un percance ocurrido durante su paso por el desierto. Pero también en el registro de cuerpos repatriados, hay 48 personas que murieron por deshidratación, 47 que murieron ahogadas, 12 por accidentes en tren y dos por golpe de calor.

“Los migrantes están expuestos a un peligro siempre. Usted está sujeto a pasar algún tipo de peligro, siendo el más extremo la muerte”, expone Tania Camila Rosa, directora general de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Ismael Guzmán, propietario de la Funeraria Ismael Guzmán, ubicada en Sensuntepeque e Ilobasco, Cabañas, expone que como empresa atienden alrededor de 20 a 40 traslados de cuerpos desde Estados Unidos a El Salvador por año.

“La mayoría de casos que atendemos como funeraria son casos de muerte violenta o por accidente de tránsito. La mayoría de fallecidos que se está repatriando de Estados Unidos a El Salvador justamente son por muerte violenta o por accidentes de tránsito. Es quizá el 20-30% por enfermedad, que la gente se prepara desde antes”, expone Guzmán.

Todos los servicios que han brindado han sido de traslado desde Estados Unidos a El Salvador.

En el caso de los homicidios, Guzmán explica que ha visto casos de salvadoreños que han sido asesinados por haber estado en bares, discos o fiestas donde ha estallado una riña, también han visto casos de víctimas de asalto o de violencia intrafamiliar.

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La cifra de víctimas de accidente de tránsito, ya sea que iban conduciendo o como peatones, también es alta. Pero además, Guzmán comenta que solo durante este año ha visto un incremento de casos de migrantes que fallecieron durante el viaje hacia EE. UU. Señala que son casos muy dolorosos y complicados para la familia, primero por la falta de documentos, pero también porque ya habían hecho un gasto para que la persona viajara a Estados Unido, pero inesperadamente se enfrenta a una tragedia y a un gasto mayor.

De los 1,248 casos registrados por Cancillería, 882 murieron en el país de destino y 365 en el país de tránsito. Además, hubo un caso de alguien que se encontraba en una prisión en Estados Unidos.

Sin embargo, en el caso de los que estaban en el país de destino, se refiere tanto a quienes ya estaban residiendo en otro país, como quienes acababan de entrar a Estados Unidos y murieron en el desierto.

En el caso de quienes aún estaban en tránsito, en el período mencionado, hubo cuatro niños de 1 a 10 años cuyos cuerpos tuvieron que ser repatriados. Dos de ellos murieron ahogados, uno en accidente de tránsito y uno habría sido asesinado.

En el grupo de edades de los 21 a los 30 años, la primera causa de muerte fue el homicidio, con 32 casos, 17 murieron en su viaje como migrante, 15 por accidente de tránsito, 14 por deshidratación y 11 murieron ahogados.

En el caso de los que ya estaban en el país de destino, en el mismo grupo de edad, la primera causa de muerte fue el accidente de tránsito seguida de homicidio.

Los datos del Ministerio de Relaciones Exteriores muestran un ligero incremento de cuerpos repatriados a partir del año 2015.

Mientras que anteriormente se había dado una disminución, pasando de 148 casos en 2012 a 93 en 2013 y 88 en 2014, en 2015 hubo 121 casos.

En 2017 hubo 179 repatriaciones de cuerpos a El Salvador.

“El grueso de esos casos es en tránsito. Tenemos circunstancias y salvadoreños a lo largo del mundo. Hay gente que muere también por causas naturales, un accidente o una enfermedad, pero también tiene las muertes violentas, que suceden”, dice Rosa.

Desde Cancillería, que brinda apoyo económico si el caso reúne una serie de condiciones, así como seguimiento en caso de una investigación, se destaca la importancia de brindar acompañamiento a la familia y a los dolientes. Sin embargo, también se destaca que una buena parte del proceso depende de los trámites del otro país.

Por ejemplo, si la muerte ocurrió durante un crimen o si se trata de una persona desaparecida que fue localizada tras años de búsqueda, implica un proceso más largo. Tanto por la investigación como por la serie de pruebas que deben realizar para corrobar que se trata de la persona correcta.

Rosa cuenta que han tenido casos de salvadoreños que han muerto en centros de detención, en México y Estados Unidos, pero que no han ocurrido durante 2018.

“La investigación no la hacemos nosotros, la tiene que hacer de oficio ese país. Pero sí podemos pedir cuentas de que se haga esa investigación, de cómo va esa investigación y ser el canal de comunicación con la familia”.

Si le interesa acceder a los datos usados para realizar esta nota, puede descargar el documento original enviado por la Oficina de Información y Respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores así como la base de datos trabajada y normalizada haciendo click AQUÍ