De nuevo viene la Nochebuena

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22 December 2018

Todos los años esperamos con anhelo la Navidad, en el mundo cristiano, porque celebramos el Nacimiento de Jesús, quien treinta y tres años después regresó a predicar el bien y el amor al prójimo y por declararse el Mesías, hacer milagros, curar enfermos y que muchos lo siguieran, como reza el Credo, fue apresado, muerto, sepultado y resucitó.

Y es tan importante esta fiesta en el mundo occidental cristiano, tanto por lo religioso como por lo comercial, que también en los países musulmanes y budistas se celebra, aunque más como días y noches de compras e intercambio de obsequios, pues a quien reconocen perfectamente es a Santa Klaus, que lo identifican como un símbolo del tiempo de agradecer a otras personas ofreciéndoles un regalo... Los árboles de Navidad se colocan en todas las plazas importantes del mundo.

En los años antes de Santa Klaus, la figura importante de la Navidad era el Niño Dios, las cartas de los niños a él se dirigían y en la oficinas de correos había un buzón de cartón que indicaba: “Cartas al Niño Dios”…

Y qué se le pedía al Niño Dios, los juguetes que se le decía a los padres que nos gustaría que nos trajera, y que la noche del 24 pondría el Niño Dios debajo de la almohada o en algún lugar fácil de encontrar. Pero esto solo era para los que se portaban bien, a los que se portaban mal, les aparecía carbón…

Y los padres advertían: si te portaste bien tendrás una Feliz Navidad… Pero si te burlaste de otras personas, las engañaste, las manipulaste y les causaste desvelo, no tendrás una feliz Navidad. Esa noche, cuando todos celebran la Navidad, aunque lo disimules, tu tendrás remordimiento… Con esta advertencia hacían reflexionar a los hijos sobre lo bueno de portarse bien, no decir mentiras y no decepcionar a los padres ni a otras personas para que la Navidad fuera feliz. Pero también nos decían que Navidad es tiempo de perdón y aunque a uno le hubiesen hecho mal, había que perdonar.

En nuestros días, la Navidad es asunto mucho más comercial y familiar que religioso y nadie piensa en el Niño Dios. Lo celebramos con una cena en familia, poniendo los regalos al pie del árbol de Navidad y en el momento acordado intercambiarlos, damos un abrazo, deseamos feliz Navidad y continuamos conversando hasta más tarde, o bien, los jóvenes van a reventar cohetes, a una fiesta o a una discoteca.

¿Y cómo hacer para que la Navidad sea nuevamente una fiesta importante que nos invite a ser más humanos y menos egoístas?.... De la misma forma que aprender a entender y sentir el 15 de septiembre como el Día de la Patria, más que como el día ir a ver a las cachiporristas. O el Día de la Madre, agradeciendo de corazón sus esfuerzos y su trabajo con amor y abnegación, que solo llevándole un regalo…

Principalmente en la casa tenemos que hablar sobre la Navidad, su contexto religioso e histórico y concientizarnos de que es mucho más importante la fiesta del Nacimiento de Jesús, que el árbol de Navidad y la compra e intercambio de regalos... Así como se está volviendo a las lenguas autóctonas, debe volverse a los principios básicos de la religión y enseñarlos. Otros pueblos hablan en sus casas de su religión, espiritualidad y oran juntos, más que lo hacemos en nuestro entorno…

Pero bien, “De Nuevo es Navidad” y lo que desde aquí le deseo es que la disfrute, y si decidió viajar, que vuelva bien a su casa.

Ingeniero

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